ALLEN (AA).- El largo y desgastado conflicto salarial que persistió en Allen entre los agentes municipales y el Ejecutivo transitó su último capítulo. Fue en marco de la conciliación obligatoria, prorrogada por la secretaría de Trabajo hace ya diez días. Ayer alrededor de las 21, los empleados estatales debatían en asamblea si aceptaban o no el ofrecimiento de la gestión del intendente Graciano Bracalente.

Con tintes dignos de una novela televisiva venezolana con escenas de arrepentimientos, desengaños y cuchicheos por lo bajo. Así concluyó el conflicto salarial entre municipales y el Ejecutivo, que por momentos fue una pulseada para demostrar quién tenía el control de la situación sin medir las consecuencias.

Ayer por la mañana en la delegación de Trabajo, Ejecutivo y gremios se vieron una vez más las caras. Allí los representantes del SOYEM quisieron impulsar una contrapropuesta de aumento salarial que, según se explicó, favorecía a las categorías más bajas del escalafón municipal ya que son las que mayormente fueron afectadas por los embates de la inflación. Pero la contrapropuesta gremial fue rechazada por los representantes del Ejecutivo y, fuentes allegadas a las negociaciones, indicaron que se objetó por considerarla como un atentado al estatuto y al escalafón municipal.

El otro de los gremios que es el que menos afilados posee, UPCN, llevó al encuentro el mandato de aceptar la propuesta del Ejecutivo local.

En el encuentro de ayer, Javier Fernández Giners, secretario de Hacienda de la municipalidad, volvió a reiterar la oferta de aumento salarial. Un 6 por ciento en octubre, otro 6 por ciento en diciembre y un 10 por ciento no remunerativo a incorporarse al sueldo básico en marzo y mayo del año que viene. La propuesta difirió de las anteriores en el descuento de los días de paro. Según lo que se pudo conocer el Ejecutivo les realizará un descuento del 30 por ciento a efectuarse en dos veces a los empleados que participaron de la huelga que duró más de una semana.