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Analiza el gobierno modificar retenciones al trigo y al maíz | ||
Prometerán entregar más créditos y subsidios al sector. | ||
BUENOS AIRES (ABA).- El gobierno admite haber aprendido de sus propios errores. No quiere volver a pagar ningún costo político por un nuevo conflicto con el campo. La estrategia K para enfrentar al sector agropecuario en este paro será completamente distinta a la que se desplegó en la huelga anterior: evitará la confrontación dura y diaria con la Mesa de Enlace, no habrá actos masivos en apoyo al oficialismo y, lo más importante, la Casa Rosada anunciará en los próximos días un paquete de medidas para intentar darle respuesta a algunos de los reclamos de los ruralistas, revelaron funcionarios encargados del tema. "Nadie quiere volver a lo que vivimos", resumió ayer el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi. El plan K para el campo fue delineado el fin de semana pasado, en la Quinta de Olivos, por el matrimonio presidencial, y por un grupo de funcionarios de su confianza, entre los que se en cuentran el secretario legal y técnico Carlos Zannini; el jefe de Gabinete, Sergio Massa; el titular del Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), Ricardo Echegaray y el propio Cheppi. La idea es desarmar lo más rápido posible cualquier profundización de la protesta agropecuaria. Es por eso que durante los próximos días se anunciarán "medidas concretas" para el sector. La más sensible tendrá que ver con una baja en las retenciones a las exportaciones de maíz y trigo, aunque los detalles finales están atados a un análisis que Economía hace sobre cuál podría ser el impacto fiscal de estas posibles medidas: * Cheppi y Echegaray proponen un nuevo esquema de exportaciones para el trigo y el maíz. Se busca estimular la producción para incrementar los actuales niveles de exportaciones manteniendo abastecida la demanda interna. Sobre los excedentes que van a la exportación, el Estado pondrá un valor de referencia. Cuando los volumenes exportados pasen este "techo" de referencia, las retenciones bajarán en más de dos dígitos. Por debajo de estos volúmenes, se mantendrán en los niveles que están hoy. Es decir, implementarán retenciones diferenciales para aquellos productos que incrementen sus exportaciones. * Se prepara también un nuevo shock de ayuda financiera para los distritos más afectados por la sequía. * Aumentarán los créditos del Banco Nación para los productores medianos y pequeños. Y también crecerán las compensaciones a los productores que otorga hoy la ONCCA. * Se buscará consensuar un nuevo precio para la leche. Es muy probable que se acerque a un peso el litro, una cifra que sería celebrada por los tamberos, según especulan en el Gobierno. La estrategia gubernamental incluye también una pata mediática y política. A pesar de que no habrá confrontación feroz con la Mesa de Enlace, distintos funcionarios tienen la misión -ordenada por los dos Kirchner- de defender en los medios la posición de la Casa Rosada. La idea principal es instalar el concepto de que el oficialismo busca "el diálogo", que se estaba "trabajando en conjunto para buscar soluciones", y que el Estado "no puede garantizar la rentabilidad del sector", por lo que el paro del campo "es político": Cheppi y Echegaray son las nuevas espadas mediáticas K respecto a este tema. Ninguno de los dos habla, como hacían los funcionarios en el paro anterior para describir los motivos de la protesta, de "golpismo". El Gobierno está convencido de que este nuevo paro fue un error político de la Mesa de Enlace. "Tenemos medido, por distintas encuestas, que la protesta es rechazada por más de la mitad de la sociedad", intentó convencer un ministro, y agregó: "Los ruralistas quedaron inmersos en una dinámica de la que no pudieron salir. Se confunden volviendo a parar. La dirigencia del campo tiene muchísimo menos apoyo entre los productores chicos y la gente de las ciudades". En la intimidad de Olivos, Néstor Kirchner dice frente a sus funcionarios que la verdadera oposición "no son ni Carrió ni Macri, sino la Mesa de Enlace". Por supuesto, incluye en ese conglomerado al vicepresidente, Julio Cobos, contaron fuentes de su entorno. Aun así, la orden es no exaltar los ánimos con declaraciones de funcionarios subidas de tono. Los Kirchner decidieron, al menos por un tiempo, dejar de ser los Kirchner.
NICOLÁS WIÑAZKY | ||
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