El río que hay que atravesar es el del 2009. Si se pasa con el 30% de acompañamiento de la población, para lo cual habría que llevar a Néstor Kirchner como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, no estaría perdido el 2011.
Esta elucubración que se hace en el oficialismo, cascoteado por una pelea con el campo que el viernes ingresó en su segundo capítulo en medio de una crisis financiera internacional sin precedentes, se contrapone con otros divagues electoralistas que se suscitan dentro del movimiento peronista -siempre elástico- y en fuerzas opositoras unidas por el espanto a K y no por la articulación de un proyecto alternativo.
El nuevo paro del sector agropecuario es mirado con recelo: al fin y al cabo el entierro de la Resolución 125 de retenciones móviles fue aceptado -con malhumor, por cierto- por los Kirchner. Y ahora el nuevo secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, tendió la mesa del diálogo, aunque no con las vituallas que le demandan los belicosos Hugo Biolcati, Eduardo Buzzi y Alfredo de Angeli.
"Es mentira que Cheppi sea incapaz de solucionar el tema. Sabe negarse cuando no está convencido, pero escucha los pedidos razonables. No dilata ni se presta al juego del revanchismo que le atribuyen al gobierno. Sabe que después de los 120 días de ruinosa confrontación, hay que dejarse de joder y emprender las cosas como corresponde".
La defensa de Cheppi no la hace, como podría presuponerse, un fundamentalista de la pingüinera, sino alguien como el gobernador Mario Das Neves. El chubutense se apresuró a redactar la partida de defunción del kirchnerismo ("hay que dar un giro, un golpe de timón", desafió), para lanzarse a las procelosas aguas en las que nadan los tiburones con afanes presidenciales del justicialismo.
La audacia del chubut apunta -por más que él lo desmienta- a debilitar a la gestión Cristina. También a neutralizar las ambiciones de otros peronistas, como Felipe Solá, al que si bien le reconoce méritos, le reprocha que su popularidad "es desmedida", pues la alcanzó gracias a los insultos -registrados por la televisión-, que le prodigó el diputado Carlos Kunkel, cuando votó en contra del proyecto del Ejecutivo.
"Felipe debe decir qué quiere y con quién está: ¿Con Néstor y (Daniel) Scioli?, ¿con (Francisco) De Narváez y (Eduardo) Duhalde?, ¿con otro sector del peronismo?, ¿o si se pone a jugar por fuera?".
Das Neves es uno de los que perdió el temor reverencial a los Kirchner. De hecho fue el primero que reclamó la salida de Alberto Fernández y el que le anunció ("el que avisa no traiciona", se justifica) al ex presidente que había llegado la hora de explorar otros procedimientos y amortiguar a "gurkas" como Kunkel, Hebe de Bonafini y Luis D'Elía.
Los peronistas no podrán ignorar tampoco en el futuro las opiniones de mandatarios como Alberto Rodríguez Sáa, de San Luis, o el novel Juan Urtubey, de Salta. Ni las de Carlos Reutemann.
Las fricciones con el campo esmerilaron las figuras de dirigentes jóvenes. Por ello, en las legislativas del año próximo habrá un gran tamiz en las provincias, y eso determinará las proyecciones individuales, entre ellas las del propio Kirchner. El devenir social y económico, en este sentido, será clave, ya que el bolsillo es la víscera más sensible de los argentinos.
Por el lado de los que no son predominantemente peronistas, "Lilita" Carrió está elaborando a toda prisa listas de candidatos en todo el país. Ella sobrevuela la conducción estratégica. Cuando Das Neves le reprocha haber salido quinta en Chaco, en la elección presidencial de octubre de 2007, le responde que confía en la recuperación de la sociedad. "A lo único que le tienen miedo los políticos es a la gente en la calle", machaca.
Mauricio Macri, del PRO, entrampado en los baches, la basura, las urgencias hospitalarias y las huelgas de los docentes, no hace pública ninguna aspiración para 2011. Pero a su lado hay quienes trabajan para encumbrarlo presidente. En poco tiempo más, el diputado Federico Pinedo deberá informar cómo anduvo la cosecha provincial a favor del boquense.
Hermes Binner es un actor relevante en Santa Fe. Hace un culto de su gobernación y no adelanta jugadas extraterritoriales.
Los radicales están reexaminando conductas y caminos bajo el "faro moral" de Raúl Alfonsín, quien la semana pasada fue distinguido en la Casa Rosada por haber sido el presidente del retorno a la democracia y el que plantó el nunca más a las dictaduras militares. Un sentido y justo homenaje.
¿Julio Cobos, sí o no? Expulsado de por vida de la UCR por haberse ido con Cristina Kirchner, el vicepresidente goza hoy de una imagen positiva superior al 60 por ciento (aunque la intención de voto a presidente no supera el 14 por ciento). Muchos correligionarios lo quieren de vuelta al redil. Sin embargo, el titular de la Convención Nacional, Hipólito Solari Yrigoyen, señaló que él tiene la responsabilidad de definirse ¿Es gobierno u opositor? ¿Es Cobos piedra basal de una construcción sólida o mera burbuja expuesta a la disipación?
ARNALDO PAGANETTI
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