La UCR finalmente llegó ayer a un consenso interno y envió un mensaje de apertura destinado a los ex "radicales K" y disidentes que emigraron a otras fuerzas, que quedó materializado en la voluntad de normalizar los distritos intervenidos como una importante vía de ingreso al partido.
La expectativa sobre una resolución concreta sobre la situación del vicepresidente Julio Cobos quedó para otra oportunidad porque, a pesar de que hubo un firme rechazo a su retorno de los integrantes de la cúpula, no hubo una igual reacción desde otros sectores que quieren aprovechar su imagen ascendente.
El plenario de 293 convencionales debatió durante dos días una alternativa política para el radicalismo, pero en realidad la negociación corrió por otro camino: por un lado los oficialistas Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Oscar Aguad, el ex gobernador Mario Negri, el senador Pablo Verani y por el otro, los alfonsinistas Leopoldo Moreau, Federico Storani y Enrique "Coti" Nosiglia.
Después del mediodía, cuando finalizaron los informes de gestión de las autoridades, una decena de dirigentes mantuvieron una reunión en privado, que finalizó con un importante consenso plasmado posteriormente en un documento político aunque no en una foto conjunta por rechazo de los dos sectores.
"Llamamos y convocamos a todos aquellos hombres y mujeres que se sienten identificados con los principios y valores del radicalismo, a que concurran a contribuir a la tarea de reconstrucción y normalización de todos los distritos a la brevedad posible", declara el texto que fue aprobado por unanimidad. Según explicaron fuentes de la reunión, es vital avanzar en el levantamiento de las intervenciones como una señal de pluralismo y de reconstrucción de la fuerza, para volver a encarar un camino de unidad.
La estimación de los radicales es que Mendoza podría ser el primer distrito en tener elecciones internas y también son optimistas respecto a la situación de Río Negro, según comentó Verani a la prensa. Sin embargo, trascendió el descontento de la comitiva rionegrina porque no se alcanzó el objetivo de que se normalizara la situación en el distrito provincial. (Ver aparte)
Por otra parte, se votó la necesidad de una reforma de la Carta Orgánica partidaria pero el oficialismo de Morales no pudo imponer los principales puntos de modificación que venía pregonando durante las últimas semanas, ante la negativa de los al
fonsinistas a cambiar los modos de elección de las autoridades partidarias.
Durante el cónclave, sólo se llegó a un acuerdo sobre dos puntos secundarios que determinan que "la banca pertenece al partido" para evitar la "borocotización" de los cargos legislativos, y el respeto de los candidatos de la fuerza al Código de Ética pública para poder postularse.
Así, el alfonsinismo logró frenar un avance de Morales para modificar la burocrática estructura partidaria y desplazar a varios dirigentes históricos que, a pesar de no contar con representación electoral, sigue influyendo muy fuertemente en las decisiones radicales.
