RÍO DE JANEIRO (AFP) - Unos 128 millones de brasileños elegirán este domingo sus autoridades municipales en elecciones marcadas por el carisma del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y que ya apuntan a las generales del 2010.
Casi 15.500 candidatos de 27 partidos disputan 5.563 alcaldías de los 26 estados brasileños y unos 350.000 aspiran a 52.137 escaños en las asambleas municipales.
En 77 alcaldías de más de 200.000 electores habrá una segunda vuelta dentro de tres semanas si ninguno de los dos candidatos más votados consigue la mayoría absoluta.
Con un índice de apoyo de 80% a su gestión, Lula es la carta de triunfo de su izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) y de los 13 partidos con el que está coaligado en el Congreso.
Sondeos señalan que el PT y sus aliados ganarán en una veintena de las 26 capitales estatales y en 33 de de las 79 mayores ciudades de Brasil.
En el gobierno desde 2003, Lula mantuvo a Brasil en una fase de estabilidad económica y aumento del empleo combinada con planes sociales que benefician a más de 40 millones de pobres.
Su popularidad es tan fuerte que candidatos opositores evitaron criticarlo en la campaña y hasta hacían alarde de tener buenos contactos con el gobierno federal. Con tal de asociarse al gobernante, algunos conocidos detractores mostraban imágenes con el mandatario o repetían elogios que alguna vez recibieron de Lula.
El diputado Eduardo Paes, favorito para la alcaldía de Río de Janeiro, fue un tenaz opositor al gobierno. Ahora promete resolver los problemas de Río gracias al apoyo del gobernador Sergio Cabral, un estrecho aliado de Lula, y el del propio mandatario. "La alianza entre el gobernador Sergio Cabral y el presidente Lula nos permite ver un futuro de esperanza', dijo Paes al cerrar su campaña.
El uso de la imagen de Lula llegó a irritar al PT y a sus aliados. Una candidata opositora debió recurrir a la justicia electoral para ser autorizada a mostrar imágenes de un acto público de hace dos años en la que el mandatario la elogiaba. Las elecciones serán una nueva prueba para el PT que en 2005 fue envuelto en escándalos de corrupción de los cuales el mandatario emergió indemne al extremo que fue reelecto en 2006.