PARÍS (AFP) - Los líderes de Alemania, Francia, Gran Bretaña y Italia se comprometieron a ayudar a los bancos europeos en apuros pero no permitirán que sus directivos salgan indemnes, anunciaron al término de una cumbre sobre la crisis financiera mundial.
"En caso de apoyo público a un banco en dificultades, cada Estado miembro presente en esta reunión se compromete a que los dirigentes que fracasaron sean sancionados y que los accionistas compartan igualmente el peso de la intervención", declaró el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Rodeado por la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, y sus homólogos británico e italiano, Gordon Brown y Silvio Berlusconi, Sarkozy también precisó que los cuatro países europeos miembros del G8 desean una cumbre internacional, "lo antes posible", para revisar las reglas del capitalismo financiero.
Respecto a otras iniciativas para hacer frente a la crisis, Sarkozy -presidente de turno de la Unión Europea (UE)- afirmó que "la Comisión Europea tendrá que dar prueba de flexibilidad en la aplicación de las reglas en materia de ayuda estatal a las empresas, así como en los principios del mercado único".
Varios bancos europeos en dificultades han podido salir a flote estas últimas semanas, incluso a través de su nacionalización, con dinero público, una maniobra que podría, en principio, contradecir las reglas europeas de la competencia.
Sarkozy subrayó que "la aplicación del pacto (europeo) de estabilidad y crecimiento" -que fija los límites que no han de superar los Estados europeos en deuda y déficit público-"deberá reflejar las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos".
Las normas presupuestarias de la Unión Europea se adaptarán a la situación creada por la crisis, admitió Sarkozy. Según esas normas, las naciones del euro deben mantener sus déficit presupuestarios por debajo del 3% y la deuda pública debe ser inferior al 60% del PBI.
Las conversaciones, realizadas con urgencia por Sarkozy. se realizaron en medio de señales crecientes de que la crisis financiera que devastó a Wall Street se está extendiendo a la economía real y está agravando la desaceleración en Europa.
Más preocupante es que Europa no ha actuado de manera unificada para enfrentar la crisis. Irlanda y Grecia actuaron independientemente, encolerizando a sus vecinos de la UE al haberle ofrecido a sus bancos garantías gubernamentales para proteger todos los ahorros.
Poco antes del comienzo de la cumbre, Sarkozy se reunió con el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. La crisis financiera global es una "prueba de fuego" para Europa, que debe mostrarse capaz de responder como lo hizo Estados Unidos, dijo Strauss-Kahn. "Europa tiene que imitar el rescate que aprobó la semana última el gobierno de EE.UU.", exigió.