Ellos mismos se definen. "Somos de una época maravillosa para el folclore", según las palabras del líder del grupo, Víctor Hugo Godoy.
Son de los pocos que quedan de la vieja guardia del folclore argentino, de esa de la década del 60, de los que recorrieron el mundo con la música. Son del bombo y la guitarra. Y son cordobeses, provincia que consume muchísimo este género, pero que genera pocos grupos de trayectoria tan impecable como la de Los Cuatro de Córdoba.
El que sigue es el diálogo que mantuvo Víctor Hugo Godoy, con este diario.
-Cuarenta años de trayectoria son motivo suficiente para festejar. ¿Cómo es el camino que los condujo hasta hoy con tantos éxitos, uno tras otro?.
-Empezamos en 1969, grabamos nuestro primer disco en CBS Columbia. Hernán Figueroa Reyes era el director artístico y él mismo nos sugirió que le pusiéramos a nuestro grupo Los Cuatro de Córdoba, solíamos llamarnos Los Auténticos de Córdoba. Nadie podía soñar que íbamos a grabar los cuarenta discos que grabamos, que íbamos a recorrer el mundo. Quién iba a decir que cumpliríamos 40 años con la música y con la posibilidad de seguir trabajando, de hacer un disco como el que estamos armando. El reconocimiento llega, siempre llega, como este premio que nos entregó SADAIC, que es muy importante para los artistas porque habla de que hemos andado la vida con mucha dignidad, y haciendo lo que más nos gusta.
-¿Hay un resurgir de los viejos grupos folclóricos?. Porque hace poco distinguieron
a Los Carabajal, ahora a ustedes y desde hace tiempo que todos los premios son para Los Nocheros o El Chaqueño.
-Y algo de eso pasa. Cada vez que había una terna del folclore obviamente estaban los más nuevos y ganaban. Nosotros somos los de la década del setenta.
-Quedan pocos de esa guardia gloriosa del folclore, dicen algunos que fue la más gloriosa, con los Cantores del Alba, los Fronterizos, Los de Salta, Los Tucu Tucu, Los Chalchaleros...
-Este es el resultado de haber hecho las cosas en serio, no fue una cosa pasatista. Nosotros grabamos "Zamba de mi luna cautiva", "Del Norte Cordobés", "Córdoba de antaño", "La Oma", y por ejemplo la "Canción del inmigrante" es una de las que más queremos. Ese tema tal vez fue la bisagra, no era normal cantar en 1977 a nuestros abuelos y eso despertó en la gente esto que aún hoy vive. Ahí empezó el vínculo fuerte de nosotros con el folclore, que hasta ahí existía, pero no era tanto. A "La Oma" la cantan hoy los chicos de diez años hasta los mayores de 70, instalamos temas.
-El último trabajo de ustedes, "Flor de Papel", es un paseo por toda la trayectoria, pero al mismo tiempo es un acercamiento al público joven y salió bárbaro.
-Ese disco muestra lo que somos, seguimos cantando como siempre, con la misma bandera, con las mismas banderas. Sumamos valses, somos simples, a un acordeón le damos otro protagonismo, a "Linda Cochabambina" la cantábamos en el año setenta y mirá como nos salió ahora. El disco "Flor de Papel" tiene una guitarra de ritmo, una guitarra que puntea El Choya y un pequeño teclado que hace una cosa chiquita. Con esos cuatro elementos salió una canción bellísima. Lo que está en el disco es lo que hemos hecho en toda la vida.
-De los cuatro integrantes de hoy, ¿tres son originales?
-Sí, el Choya Pacheco, el Meco Albornoz, Víctor Hugo
Godoy y Lionel Pacheco, hijo de Choya. Este joven reemplaza a Lalo Márquez, que estuvo 36 años con nosotros y tuvo que dejar el grupo por un problema de salud que le impedía cantar. Si no hubiese tenido ese problema, hoy estaríamos los cuatro juntos como cuando empezamos.
-Ustedes son de la época de Los Fronterizos, de los Cantores del Alba, de los Chalchaleros..., de una generación única en el folclore por la cantidad de consagrados.
-Bien lo has dicho. Somos de esa época, de esa época maravillosa e irrepetible. A los que vos nombraste hay que sumar a Los Quilla Huasi, Las voces del Huaira, Los Nombradores, Las Voces Blancas, Los Huanca Hua, Los Trovadores, Opus Cuatro....
-Compartieron escenarios con ellos y una infinidad de famosos.
-Fijate que eran todos distintos, como Los Tucu Tucu, que eran mis amigos, que no están más pero los llevo en el corazón. No nos olvidemos de los solistas, El Chango Nieto, Rimoldi Fraga, Torres Vila, Aldo Monges, Daniel Toro..., tantos, ninguno parecido a otro.
-Córdoba es una de las provincias que más folclore consume, tiene los festivales más importantes del país, pero no genera tantos nuevos valores, ¿a qué se debe eso?.
-Es cierto, buena observación. Cuando nosotros éramos pibes, todos los grupos llegaban a Córdoba, querían estar ahí y estaban. Córdoba fue la plataforma de lanzamiento de esos grupos, pero no generó muchos grupos, es
tamos Los del Suquía, nosotros y un grupo lindo que se llama Los Patricios, pero no hay una cantidad de conjuntos como debería haber en la provincia. Nosotros éramos Los de Córdoba en el año sesenta y pico.
-Ustedes ya tienen trascendencia internacional, pero ¿dónde se sienten más a gusto, en Córdoba o en los festivales más chicos?
-Nos sentimos bien en todos lados, pero el lugar de trabajo lo elegimos en Buenos Aires, aquí tenemos la oficina, es el lugar donde ensayamos, es nuestra fuente de trabajo. Claro, amamos Córdoba, vamos ahí y nos sentimos bárbaro. También nos sienta muy bien Bolivia. Hace unos días volvimos de Estados Unidos, fuimos a cantar tres días para la comunidad latina y nos trataron de maravilla. Nosotros los artistas populares recorrimos el mundo con nuestra manera de cantar y eso se lo agradecemos a Dios.
-¿Cosquín y Jesús María, qué significan para ustedes?
-Hay una catedral del folclore que para nosotros significa mucho. Cosquín es Cosquín, Jesús María tiene lo suyo y Villa María resume en su festival la mezcla de los géneros, eso que permite que de pronto uno esté cantando al lado de Perales o de Pimpinela o de un grupo de rock. El resto de los festivales del país tiene sus encantos. Las peñas de Cosquín son únicas y si Dios Quiere, tendremos el año que viene la peña oficial.
JORGE VERGARA
jvergara@rionegro.com.ar