Una multitud, estimada en más de un millón de personas, participó de la 34ª peregrinación juvenil a pie a Luján, donde el cardenal Jorge Bergoglio criticó a quienes "no escuchan" los reclamos del pueblo, porque prefieren "dominar al otro" o "simplemente nos les interesa el otro". "Cuántas cosas cambiarían en el trabajo, en el barrio, si nos escucháramos.
Cuántas cosas cambiarían en nuestra patria si aprendiéramos como pueblo a escucharnos", exclamó el primado argentino ante miles de peregrinos que, pese al cansancio, participaron de la misa central en la plaza Belgrano frente a la basílica de la patrona nacional.
Tras preguntar "qué es lo que nos impide escuchar", el purpurado reflexionó: "Es querer imponer lo que yo siento, lo yo creo, lo que yo quiero". "Es como querer dominar al otro o prescindir del otro o simplemente estar tan centrado en uno mismo que no me interesa el otro. Entonces vamos como borrando al otro de mi panorama y el mundo termina en nuestra piel y no dejamos lugar para el otro", aseveró.
Bergoglio volvió a apelar a su habitual prédica encriptada para cuestionar el estilo de "confrontación permanente y casi autista" del matrimonio presidencial, explicaron a DyN fuentes eclesiásticas, pese a que en la homilía no hizo ninguna referencia puntual a quién se refería con sus críticas.
El arzobispo de Buenos Aires también lamentó que "la vida nos vaya acostumbrando a pasar de largo, a no interesarse en la vida del otro, en lo que el otro me quiere decir o necesita, o que sufrimientos padece, porquen le contestamos antes de que termine de hablar".
El primado argentino consideró que "somos un pueblo que necesita aprender a escuchar y a ser escuchado", por eso, parafraseando el lema, pidió tres veces a la Virgen: "Madre, enseñanos a escuchar".
A las 6.43, con vivas a "la Madre argentina" los peregrinos, calculados por fuentes policiales en más de un millón, recibieron la "imagen cabecera" que partió ayer al mediodía del santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers.
En la Plaza Belgrano la mayoría descansaba en el suelo, pero al verla llegar se pusieron de pie para recibirla con vítores, cánticos y agitar de pañuelos. "Esto es una emoción impresionante. Esto está creciendo cada vez más. Trajimos un pedido especial por Sofía, para que allá en el sur pueda aparecer con vida", dijo a DyN Mario Bianchi, uno de los transportó la imagen hasta Luján y la colocó sobre el altar.
En tanto, un joven de 22 años proveniente del Chaco depositó una cruz de mediano tamaño junto a esa imagen mariana y dijo que esperaba poder colocarla en las Islas Malvinas. "Entregué un material a Bergoglio y mañana intentaré ver a la presidenta, para que entre todos malvinicemos el país", explicó a la prensa.
La mayoría de los caminantes se ubicó delante del altar levantado frente a la basílica. Todos buscaban hacerse notar entre la muchedumbre. Algunos con pancartas para identificar su parroquia, colegio o lugar de origen, otros con banderas, vinchas o viseras con la imagen de la Virgen.
Unos pocos dormían en el suelo con los pies en alto, sin escuchar el sermón de Bergoglio. Previamente, los peregrinos cumplieron con el ritual de ingresar a la basílica para pedir, agradecer o simplemente rezarle a la "Madre".
Tampoco olvidaron comprar algún souvenir para los que no vinieron en los muchos puestos callejeros que hay en los alrededores del templo. Entre otras cosas, "el certificado de peregrino", una suerte de constancia de que la persona hizo el trayecto entre Liniers y Luján.
Fuente: DyN