Sábado 04 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 37 > Sociedad
La tragedia empezó casi como un juego de chicos
Maniobras de riesgo hicieron volcar el auto. El joven debía ir a hacer trámites pero tomó otro rumbo.

VIEDMA (AV)- Casi un juego de chicos. Pero con consecuencias terribles. Así podría calificarse la actitud de los jóvenes que protagonizaron el trágico accidente en el que perdió la vida Maximiliano Tapia, el chico de 16 años que murió el jueves por la tarde luego de volcar con el automóvil de su padre en un camino vecinal a unos 8 kilómetros de la planta urbana de esta capital.

Según informaron fuentes policiales, los dos autos -el Corsa que conducía Tapia y el Duna en el que iban unos amigos- habrían estado haciendo frenadas y arranques, pero no corriendo picadas, por lo que permiten inferir las huellas que quedaron en el lugar.

El hecho desnudó los graves riesgos a los que se someten los jóvenes conductores al ponerse al volante sin la debida experiencia y con la intención de llevar a cabo acciones riesgosas, situaciones favorecidas por la ausencia del control de los padres. Días atrás este medio publicó los porcentajes de accidentes que sufren los jóvenes y el altísimo peligro que conlleva que menores de edad conduzcan vehículos.

"Río Negro" pudo saber ayer que Maxi le habría pedido el Corsa a su padre, un empleado del servicio penitenciario provincial, para realizar trámites en el centro de la ciudad, pero en lugar de dirigirse a la planta urbana tomó con sus amigos hacia la zona rural, en dirección al Hipódromo. Eran horas de la tarde. La agradable siesta del jueves permitía la recreación de los jóvenes. Pero eligieron la peor actividad. Las piruetas con los automóviles terminaron en tragedia. El Corsa azul volcó en una de ellas y el conductor fue despedido. Sus acompañantes resultaron ilesos, pero Maximiliano tuvo que ser trasladado urgentemente al Hospital Artémides Zatti, donde falleció horas más tarde.

El duelo se extendió ayer por esta capital al conocerse la noticia. Y otra vez las picadas y el riesgo de los jóvenes al volante estuvieron en el tapete.

El director de Inspección, Seguridad y Higiene, Elio Bonaiutto informó a "Río Negro" que en lo que va del 2008 hubo en total 2.686 actas contravencionales labradas por la Municipalidad local. De ellas 317 terminaron en el secuestro de vehículos, 145 fueron autos y 172 motos. De los automóviles 87 secuestros fueron por alcoholemia elevada, 29 por picadas y 19 por la presencia de menores conduciendo. Hubo otros secuestros por diversas razones.

Desde la Policía se informó que las picadas que antes se desarrollaban en el centro de la capital, en particular durante la noche a la salida de los locales bailables, se trasladaron hacia zonas más alejadas, donde los controles no son tan rigurosos.

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