El refuerzo salarial de 500 pesos o el pago del aguinaldo completo a fin de año para todos los trabajadores, que reclama la CGT como un paliativo a la inflación, desató ayer una polémica entre trabajadores y empleadores tras el rechazo de la Unión Industrial Argentina (UIA) a la iniciativa.
El titular de la UIA, Juan Carlos Lascurain, fue el encargado de dar a conocer la postura en contrario de los industriales al refuerzo salarial que reclama la CGT, que ya contaría con el guiño del gobierno que de esta forma busca descomprimir la presión sindical por la reapertura de las paritarias. "Desde la industria, decimos que las condiciones nuestras son las de no poder acceder a este pedido", enfatizó Lascurain; pese a no desconocer las conversaciones hasta ahora extraoficiales que vienen manteniendo los sindicalistas con el jefe del Gabinete, Sergio Massa, sobre el otorgamiento del refuerzo salarial.
"Hay que analizar muy bien qué se va a hacer", pidió el industrial; quien además hizo un llamado a la CGT a preservar el modelo productivo, al indicar que "la mejor política social del gobierno ha sido crear empleos".
En ese contexto, ayer por la mañana, se suspendió una reunión entre el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y Moyano. Pese a que el encuentro de Moyano con Randazzo figuraba en la agenda del funcionario, la misma no se concretó "por motivos de agenda", según un comunicado oficial y la movida se limitó a un llamado telefónico con el camionero. Fuentes de la CGT aseguraron que la reunión de Moyano con Randazzo "nada tenía que ver con el reclamo salarial" que persigue la central sindical, aunque tampoco especificaron los motivos de la frustrada reunión.
El gobierno barajaría el otorgamiento de la suma fija no remunerativa de 500 pesos para contrarrestar la pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores por la inflación.
