CIPOLLETTI (AC).- El caso Pablo vuelve a estar en movimiento. A raiz de una denuncia presentada por los padres del joven que murió por una presunta mala praxis, ayer la justicia allanó una vez más el sanatorio Río Negro de Cipolletti, donde se produjo el deceso en abril de 2004. Esta vez fue en busca de documentación que apuntaría a determinar un supuesto incumplimiento de la clínica y la consecuente responsabilidad penal de su director médico.
El procedimiento se concretó alrededor de las 10. Se buscaban registros respecto de quién ocupaba el cargo de la dirección médica en aquélla época, los legajos de los tres terapistas que fueron condenados y el tipo de habilitación que tenían para trabajar en esa especialidad.
Se supo que secuestraron parte del material que será unido luego al que se obtendrá por medio de un exhorto que se envió al Ministerio de Salud Pública, de Viedma, también relacionado con la habilitación de estos profesionales.
Carlos Pablo y su mujer Sonia Massanet presentaron una denuncia basándose en la sentencia de la Cámara Segunda del Crimen -que fue confirmada por el STJ- condenando a tres terapistas y a un anestesiólogo.
"Durante el desarrollo de la causa penal, y principalmente en el juicio llevado a cabo por la muerte de Facundo Pablo, quedaron absolutamente probadas las deficiencias en la organización del servicio de salud del sanatorio Río Negro S.A., que hacen responsable penalmente al director médico", dice la denuncia en uno de sus párrafos.
Los padres cuestionaron tanto "la organización del servicio de asistencia médica como la carencia de instrumental básico, cuya presencia no sólo venía impuesta por una obligación legal, sino también por resultar necesaria e indispensable para una adecuada atención de Facundo y de los demás pacientes".
Facundo Pablo tenía 18 años. En abril de 2004 fue internado para una cirugía "simple" de oído pero no alcanzó a ser operado.
"Luego de la inducción anestésica general (...) Facundo sufrió un paro cardiorrespiratorio", se detalló en el escrito.
