Más que un premio, el concurso literario Casa de las Américas que viene otorgándose en Cuba desde 1960 y que celebra sus 50 años en su última convocatoria, funciona como cruce de producciones y lugar de debate desde donde ha sido posible tomarle el pulso a las letras continentales. Iniciado tras el triunfo de la revolución cubana, en 1959, el premio denominado inicialmente "Concurso Literario Hispanoamericano" recayó sobre libros que con el tiempo devinieron clásicos: un ejemplo es la novela "Los hombres de a caballo", de David Viñas, premiada por un jurado de notables, entre ellos Leopoldo Marechal, José Lezama Lima y Julio Cortázar.
El director del Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas, Jorge Fornet, autor junto a Inés Castaña del libro "Premio Casa de las Américas. Memoria (1960-2004)", se refirió al premio como un galardón "dinámico", al irse abriendo a nuevos géneros y expresiones idiomáticas.
Fornet, ensayista y autor de libros como "La pesadilla de la verdad" y "El escritor y su tradición" señaló en una entrevista con Télam que su libro permite apreciar las muchas subtramas "de esa enorme red que es el premio".
Un dato llamativo del galardón es la participación masiva de escritores argentinos -más de 3700 al 2004- con medio centenar de primeros premios. Otros guarismos se distribuyen así: 90 libros -entre menciones, recomendaciones y finalistas- y más un centenar de escritores en calidad de jurados.
Para evaluar la calidad de los premiados, baste citar los nombres de Haroldo Conti, Néstor García Canclini, Pedro Orgambide, Humberto Costantini, Olvaldo Dragún y Mario Trejo.
Por si fuese poco, en 2008 resultaron galardonadas Samanta Schweblin en cuento y Laura Yasan en poesía: "Esa es una gran incógnita -aseguró Fornet respecto a la participación de argentinos- que entraña un problema y una satisfacción". Y agregó: "El problema es la cantidad desproporcionadamente alta de premiados argentinos; la satisfacción es que contribuyen a mantener un alto nivel en las obras galardonadas".
Para el ensayista, la historia del premio -hasta 2004 participaron casi 23 mil libros- constituye un registro de la diversidad estilística hispanoamericana.
"Creo que los libros premiados revelan la heterogeneidad de nuestra literatura. Estar cerca del Casa de las Américas me ha servido para saber que las literaturas latinoamericanas y caribeñas gozan de excelente salud", indicó.
Este premio, aseveró Fornet, ha tenido su propia dinámica, ya que "de convocar géneros tradicionales se abrió a otras categorías. También a regiones y lenguas no previstas de las literaturas brasileña y caribeñas en portugués, inglés, francés y creole, y hasta de las literaturas en lengua indígena".
En este diversificarse menciona al género `testimonio´. El tema trae de la mano al escritor Rodolfo Walsh, varias veces jurado, "pionero del testimonio y figura cumbre" de esta modalidad, según Fornet. Otra figura insoslayable a la hora de hablar del Premio es la de Julio Cortázar, quien visitó Cuba por primera vez en 1963 invitado como jurado.
En la convocatoria de 2009, las bases del premio señalan que dado el peso creciente de la comunidad latina en los Estados Unidos convoca a un "Premio Extraordinario de Estudios sobre Latinos en Estados Unidos". Las obras -por triplicado y que no excedan las 500 páginas- deben ser enviadas antes del 31 de octubre a Casa de las Américas (3ra y G, El Vedado, La Habana 10400, Cuba), o a cualquiera de las embajadas de Cuba.
Las obras serán firmadas por sus autores, quienes especificarán en qué género desean participar. Es admisible el seudónimo literario, en cuyo caso será indispensable acompañar con identificación. Los autores enviarán sus respectivas fichas bibliográficas. La participación está abierta a libros escritos tanto en español como en inglés, por estudiosos latinos residentes en los Estados Unidos. El premio será de 3000 dólares. (Télam)