NEUQUÉN (AN).- Crisis. La palabra tiene una escalada mediática los últimos días, desde que el sistema financiero del país más poderoso del mundo hizo crack. Pero también cuando, desde los afiches publicitarios, se anuncia el último disco "Crisis*" que trae hoy a Neuquén el grupo Las Pastillas del Abuelo.
"Crisis, con asterisco", aclara al teléfono el bajista del septeto (o la "pastilla para el estreñimiento" del grupo), Santiago Bogisich. Como dicen ellos, a modo de diccionario, el asterisco remite a un significado "bueno" de la palabra: "Desarrolla su concepto a través de situaciones donde las relaciones entre opuestos también pueden ser complementarias. Y principalmente adopta una positiva definición de crisis, es decir de crisis como situación de cambio". No es solamente una aclaración. En la explicación, la banda asume una postura optimista de la idea del cambio, al mejor estilo de los chinos que consideran la crisis como riesgo y oportunidad.
"Tiene que ver con un cambio que estaba pasando la banda. Era el tercer disco que se considera como un trabajo bisagra. De los trece temas que quedaron -eran veinte en un principio- se armó con canciones de varios. Fue pensado más desde la banda con letras más filosóficas", dice Santiago. Pero antes había dejado claro que "las crisis están todo el tiempo y son momentos de cambio inevitables que tienen su lado bueno o malo".
Los músicos de Las Pastillas -una de las bandas del momento que más hace del eclecticismo musical un programa- tienen historias musicales algo parecidas. Santiago, Juan "Piti" Fernández en voz, Diego Bozzalla en guitarra, Fernando Vecchio en guitarra, Alejandro Mondelo en teclado, Juan Comas en batería y Joel Barbeito en saxo, todos, pasaron por escuelas de música de Buenos Aires, e incluso algunos de ellos dan clases particulares.
Ese antecedente explica parte del ADN de la banda, ya que al venir de distintos géneros musicales, lo que suena de Las Pastillas, desde su formación en 2002, es una fusión de rock con otros estilos como el reggae, el candombe, la chacarera, el jazz, la música country y más.
La banda fue haciendo, peldaño a peldaño, su propio universo musical que atrajo a muchos fans. Chicos y chicas que se sumergen en Youtube o el Myspace pastillero y luego le dicen al amigo, a la novia o novio, al compañero de trabajo o al que venga: "Entra
en Youtube y escuchá Las Pastillas, son unos grosos...". De hecho con el tercer disco "Crisis*" ( "Por colectora" fue el primero, editado en 2005, y el segundo "Las pastillas del abuelo", en 2006), el más introspectivo de todos, la banda va a ocupar un lugar de privilegio en el rocanrol nacional surgido de escenas alternativas del siglo XXI como la web.
En mayo de 2007, por ejemplo, Las Pastillas publicó en Youtube su primer video con el tema "Oportunistas", y tuvo casi 140.000 visitas. Otro dato: los videos caseros del hit "El sensei", también en Youtube, acumulan más de 800.000 ejecuciones.
- ¿Desde el vamos internet fue una aliada insustituible para la banda?
- Si creo que internet fue el famoso "de boca en boca" que se habla tanto en una época como les pasó a Los Redondos. Ahora con internet se expande globalmente. Te mandan mensajes desde Barcelona: "¡Venite que la banda esta buenísima!". Después tuvimos un momento en que la gente escuchaba la banda y se la pasaba a otros, así se fue expandiendo. También se nota en las giras, en lugares donde no tocamos nunca y los chicos se
saben los temas. Ese fenómeno es internet, sin duda.
- ¿No les hace falta la industria tradicional?
- Internet es uno de los medios alternativos. Nosotros igual no somos una banda independiente, en realidad trabajamos con el sello "Crack Discos" que es la productora y cumple el rol es como el del manager. La productora maneja la banda, pero tratamos de evitar un poco ciertas cuestiones de lo que es la industria. Por ejemplo, Universal distribuye el disco, pero no estamos con ninguna multinacional. Adentro de toda esta movida grande en la que tratamos de manejarnos, preferimos ir por un camino alternativo.
Estos jóvenes provenientes de Caballito, con integrantes del colegio Mariano Acosta, llegaron a tocar en abril de este año en el Luna Park frente a una gran familia "pastillera" de más de siete mil fanáticos. Compartieron micrófono con invitados de todo tipo para cantar, entre las treinta canciones que hicieron, "Ama a quien llora por ti", "Clásica y moderna", "Skalipso" y "Tantas escaleras".
"El luna fue uno de los momentos favoritos. Fue una fecha que compartimos como un montón de músicos, algo muy grande para la banda que quedó grabada en el recuerdo", asume Santiago.
- ¿Las Pastillas tiene alguna fórmula?
- No mirá, muchos de los temas de la banda los compuso Piti. Yo trato hacer un aporte más desde lo musical, prefiero agarrar un tema de Piti y arreglarlo. Igual el método de laburo es que el tema llega a la sala y le damos forma.
- ¿Qué música influye en la banda?
- Una influencia muy grande de la banda fue Joaquín Sabina. A Piti fue una de las cosas que más le gustaban en un tiempo, ahora hay otras cosas. Después lo que tiene Las Pastillas es que cada uno de los siete es muy distinto en cuanto al estilo musical. Todos escuchamos un poco de todo, somos muchos, entonces además del rock aparecen otros géneros.
- ¡Está bueno, los enriquece!...
- Si, a veces dan ganas de tocar algún candombe y tirar la música para ese lado. O folclore uruguayo, o una chacarera. Con diferentes ritmos vamos probando y tratando de mantener un poco el rock. El primer disco, por ejemplo, musicalmente es bastante variado y el segundo un poco más rockero, y ahora volvimos a la fusión. Este disco tiene bastante folclore.
- ¿Qué salen a buscar finalmente en el escenario?
- Nos pasa que buscamos cierta fiesta, que se da un poco entre la energía del público. Y el público nos contagia y nosotros tratamos de devolvérsela. Los recitales de Las Pastillas son como bastante enérgicos, está bueno.
- ¿Los seduce el éxito?
- No sabemos hacia donde nos va a llevar, pero la idea es mantener un poco las ganas. Siento que tenemos un montón de cosas para contar y de discos por grabar, yo lo veo por ese lado. Desde el lado de decir "bueno, ya hicimos un montón de cosas que queríamos pero todavía falta más". Mientras siga habiendo metas no nos desespera, está buenísimo y hay que saberlo llevar.
- ¿Te cambió mucho la vida con Las Pastillas?
- En realidad no tanto. Nosotros tratamos de mantener un perfil bajo, buscamos no exponernos mucho. No queremos salir a vender Las Pastilla del Abuelo. Queremos seguir mostrando, que la gente nos escuche, no saturar. Ahí es donde nosotros diferenciamos un poco lo que es vender y mostrar. Lo que nos sucedió fue ocurriendo. Nunca dijimos, "vamos a ponernos en internet y que la gente haga videos". Simplemente, sucedió.