No son buenos los tiempos que corren para la defensa de Boca. Julio Cáceres y Gabriel Paletta pasan por su peor momento desde que visten de azul y oro. Mientras, y gracias a la rotación copera, se afianza una zaga hecha en casa, la que forman Juan Forlín y Facundo Roncaglia, dos jugadores formados en las inferiores de Boca.

Una formación boquense integrada casi en su totalidad por juveniles fue la que disputó los octavos de final de la Copa Sudamericana, donde eliminó a la Liga Deportiva Universitaria de Quito. El Xeneize goleó 4-0 en La Bombonera y se impuso 1-0 en Ecuador.

En medio de las críticas a la defensa titular y los elogios a los juveniles, Forlín comentó: "Todo esto lo vivo con mucha tranquilidad. Son oportunidades que nos da el técnico y hay que aprovecharlas. Estamos para colaborar con el plantel que viene jugando todos los fines de semana, para que no sufran tanto la carga de partidos".

Sobre el mismo tema, con mucha humildad, agregó: "Boca es difícil, como dice el técnico (Carlos Ischia). Los centrales titulares son jugadores de mucha experiencia y han ganado muchas cosas, por eso están en la Primera de Boca. Yo todavía tengo que aprender mucho".

Por su parte, Roncaglia sostuvo que "nos adaptamos mejor los más chicos, que ya nos conocemos". "Es diferente porque hemos jugado poco con Julio (por Cáceres) y con Gabriel (por Paletta). Pero esto es así. Cada vez que nos toca entrar uno quiere hacer lo mejor e intentar coordinar bien con los compañeros", explicó el defensor.

Aunque frente a Godoy Cruz jugó sobre el lateral derecho, aclaró Roncaglia que "en realidad mi puesto es central. No tengo problemas en hacerlo de lateral. Sé que no rindo lo mismo pero uno siempre intenta dar lo mejor". Cuando juega sobre el lateral, Ischia le pide "que marque, primero, y después, si puedo, que me mande al ataque. Si no, que me quede bien paradito y que trate de cumplir".