CHICHINALES (AVR).- La Policía de tránsito con asiento en esta ciudad, continuaba ayer con la tarea de investigación por el fatal accidente que en la noche del miércoles se registró sobre la Ruta 22 en proximidades de Godoy, donde falleció un médico.
Ayer por la mañana se realizó en Regina el velatorio del médico Adolfo Mandarino, quien desde hace algo más de un año trabajaba en el hospital local y en un geriátrico de esta ciudad. Posteriormente los restos serían trasladados hacia Corrientes, provincia de la cual era oriundo.
En principio, se pudo determinar que el Volkswagen Fox que era conducido por el fallecido Adolfo Mandarino, de 39 años, circulaba desde Regina
hacia Roca, mientras que la camioneta Ford Ranger que manejaba Eduardo Susumo Ogasawara, de 35 años, lo hacía desde Huergo hacia Regina.
Lo que aún no está dilucidado es por qué ocurrió el accidente, y una de las hipótesis es que el conductor del Volkswagen Fox pisó la banquina, y al maniobrar para colocar nuevamente el auto sobre la cinta asfáltica derrapó, por lo que quedó atravesado sobre la ruta, momento en el que fue impactado por la camioneta.
Ayer por la mañana personal de la división tránsito con asiento en Chichinales, continuó con las pericias en el lugar del accidente, dado que en la noche del miércoles en los primeros trabajos que se realizaron no se encontraron rastros de frenadas. Por otra parte se pudo saber que el choque entre los dos vehículos ocurrió sobre la mano sur de la ruta 22, es decir la de circulación desde Roca hacia Regina. De ahí se deduce que el vehículo menor se atravesó totalmente sobre la cinta asfáltica, dado que el golpe principal se encontraba sobre el lateral derecho de dicho rodado.
De acuerdo a datos obtenidos, Susumo Ogasawara, tras el choque perdió el conocimiento, aunque se recuperó y logró salir del vehículo, que en ese momento había comenzado a prenderse fuego, aparentemente debido a un derrame de combustible o aceite del Fox, cuya parte trasera quedó pegada a la trompa de la camioneta. Según el relato de su conductor a las primeras personas que llegaron al lugar, el Fox se atravesó en la ruta cuando se encontraba a unos 20 metros de distancia, por lo que el impacto fue inevitable. A su vez, si bien la aguja del velocímetro del Volkswagen Fox quedó marcando 220 kilómetros por hora, se apuntó que el dato es relativo, dado que al desprenderse la totalidad del motor, también se desconectaron todos los cables del tablero.