NEUQUÉN (AN)- El gobierno bajó las exigencias para poder conseguir más agentes penitenciarios: a partir de ahora incorporarán jóvenes con tercer año del secundario aprobado, y les darán un plazo de dos años para completar sus estudios pero mientras tanto ya estarán trabajando.
El cambio se hará por ley y sólo para los agentes penitenciarios, ya que a los aspirantes a ser policías de calle les seguirán exigiendo secundario completo. Se debe a que en la última convocatoria sólo se anotaron 79 candidatos a guardiacárceles, y un estudio del mercado laboral determinó que el 50% de los potenciales interesados no completó la secundaria.
Hay otra razón: el trabajo de penitenciario despierta poco interés porque los agentes no pueden cumplir servicios de custodia adicional, que a muchos policías les permite ganar hasta otro sueldo por mes.
Pero el gobierno está urgido de conseguir guardiacárceles, para cubrir las necesidades actuales y pensando en la futura habilitación de la prisión de Senillosa. Por eso a través del ministerio de Justicia, Seguridad y Trabajo elaboró un proyecto de ley que baja las exigencias para ingresar al servicio penitenciario.
El jefe de la Policía, Juan Carlos Lepén, explicó ayer a la radio LU5 que a los aspirantes "vamos a capacitarlos en toda la tarea que hace el servicio penitenciario, y después en los próximos dos años serán autorizados a concurrir a los establecimientos para terminar el secundario, de día o de noche. Esto va a ser controlado desde la institución en forma bimestral. Terminado este tiempo de 3 años, si no terminó el secundario, no va a poder seguir en la fuerza".
"Hay muchos chicos que no han terminado el secundario y con esto se van a ver incentivados, en principio en conseguir un trabajo, y después a terminar el colegio", agregó Lepén.
En términos similares se pronunció el ministro de Justicia, César Pérez. En un comunicado oficial expresó que "la culminación del secundario tiene por objetivo generar oportunidades de acceso al sistema educativo de los efectivos policiales y tomar a la formación como un aspecto esencial del profesionalismo policial y el desarrollo personal".