LA PAZ (AFP) - La detención de un dirigente cívico opositor llevó a los prefectos rebeldes que dialogan con el gobierno del presidente Evo Morales a exigir garantías para retomar la negociación destinada a acabar con la grave crisis política que vive Bolivia.
Los cuatro prefectos (gobernadores) rebeldes decidieron el miércoles congelar el diálogo, preocupados por la detención la víspera en el sur del país del dirigente cívico opositor José Vaca, acusado de volar un ducto del gas que se exporta a Brasil.
Las autoridades regionales consideraron que con esa detención el gobierno incumplió un acuerdo según el cual no habría persecuciones políticas.
El prefecto de Tarija, Mario Cossío, vocero de los gobernadores opositores, denunció que con la captura de Vaca en un operativo "con encapuchados, el Gobierno no cumplió con su compromiso de respetar las garantías constitucionales de las personas y no impulsar procesos contra las personas involucradas en las movilizaciones cívicas". "Hemos soportado una permanente guerra sicológica ", dijo Cossío. Denunció que "los radicales del entorno del presidente quieren que el diálogo nacional fracase".