BAGDAD (AFP) - La fiesta del Fitr, que marca el fin del Ramadán, quedó un año más en un triste acontecimiento en Irak con dos atentados suicidas contra dos mezquitas chiítas del sur de Bagdad y otros actos violentos que se cobraron en total al menos 26 vidas.
Dos kamikazes se inmolaron frente a sendas mezquitas en los barrios de Jadida y Zafarinya, de mayoría chiíta, donde los fieles se habían congregado para la primera plegaria del Fitr, celebrado un día después del fin del ayuno musulmán. El primero activó un cinturón de explosivos frente a la mezquita de Al Rassul, en Jadida (sureste de Bagdad), pese a que había sido perseguido por varios policías que lo desenmascararon, afirmaron fuentes de seguridad. Doce personas, entre ellas varios devotos que salían del templo religioso, murieron y otras 30 resultaron heridas, según el recuento oficial.
"Habíamos bloqueado las calles, pero el kamikaze llegó a pie", declaró el policía, Abu Alí, que reconoció que el terrorista había logrado pasar un control.
En Zafarinya, en el sur de la capital, el kamikaze empotró su coche cargado de explosivos contra un puesto de seguridad que protegía la entrada a la mezquita. Cuatro soldados y otros tantos fieles perecieron y 20 personas quedaron heridas, según fuentes de seguridad.
Por otro lado, en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, seis personas, entre ellas dos niños, murieron en un ataque contra su minibús perpetrado por hombres armados no identificados. La violencia ha marcado el fin del Ramadán en Irak, decretado el lunes por los sunnitas y el miércoles por la mayoría chiíta.
Desde el domingo, al menos 37 personas murieron en atentados en el país, la mayoría en Bagdad. El representante especial de la ONU para Irak, Staffan de Mistura, condenó el jueves en un comunicado esta nueva serie de "atentados criminales y odiosos", que mataron a decenas de civiles inocentes. De Mistura expresó "su inquietud ante el reciente repunte de la violencia" y llamó a los iraquíes a la unidad "frente a la violencia.