"Para estudiar el cáncer mamario, existen diversos lenguajes o enfoques que confluyen a un diagnóstico. Uno de los métodos es la palpación. Es lo más elemental que puede detectar un nódulo", sostiene el profesor Florentino Sanguinetti, jefe de Mastología de LALCEC.

"El método que por ahora que no ha sido superado es la mamografía; o sea, una trasparencia de la mama que permite detectar tumores de 2 ó 3 milímetros. Ningún otro método ha superado el lenguaje de la mamografía", agrega.

Por eso, la prevención indica una mamografía por año.

Asimismo, Sanguinetti admite que otro método complementario muy útil es la ecografía. "En ese caso, lo que se utiliza no son rayos, sino ultrasonido. Así puede detectarse la estructura de la mama: es decir, comprobar si un quiste contiene líquido", explica el profesor.

En cuanto a la resonancia magnética, que en el país se realiza con los aparatos convencionales, Sanguinetti afirma que tiene indicaciones restrictivas. "Por ejemplo, es muy útil para el control de las prótesis mamarias para verificar si está plegada, rugosa, rota o si ha segregado líquido a su alrededor. Y también es útil en el caso de seguimientos luego de una operación de cáncer mamario para deslindar lo que es la cicatriz de lo que puede ser una recidiva. Pero, por ahora, es un método muy excepcional. Es algo que el mastólogo a veces pide como un recurso marginal. No es de manera alguna, un recurso utilizado masivamente como la mamografía", dice el entrevistado.