Lunes 29 de Septiembre de 2008 > Policiales y Judiciales
Aseguran que las puertas de emergencia "estaban cerradas"
Iván, uno de los sobrevivientes de la tragedia, describió que el origen del incendio fue por pirotecnia del tipo "tres tiros". Con un estremecedor relato contó que cayó al suelo y "un metro y medio de cuerpos" cayeron sobre su cuerpo, así se fracturó el tobillo.

Un sobreviviente de la tragedia de Cromañón relató hoy al tribunal oral que lleva adelante el juicio, que las puertas de emergencia por las que ingresaron y salieron los concurrentes a aquella fatídica noche "estaban cerradas". "Me llamó la atención que las puertas estuvieran cerradas. Yo había conocido el boliche el 26 de diciembre, cuando tocó La 25, y ese día estaban todas abiertas. Ahora, visto lo que pasó, pienso que si hubieran estado abiertas esa noche no estaríamos lamentando tantas faltas", dijo Iván.

El apellido del sobreviviente será omitido pues la Procuración General de la Nación y el propio tribunal pidieron que fueran mantenidos en reserva, por una cuestión de privacidad pero también quedó flotando la posibilidad de que los jóvenes fueran discriminados en sus trabajos o incluso en su vida social de relación.

 Iván contó cómo, después de salir de Cromañón con un tobillo roto por el peso de los cuerpos que cayeron sobre su persona, fue trasladado a una ambulancia desmayado, y cuando recobró el conocimiento vio a una joven que "entró en convulsiones".

Intentó practicarle respiración boca a boca, pero "tuvo, creo, un paro cardíaco, y se murió en mis brazos". Ese contacto estremecedor con la muerte se repitió luego en la guardia del Hospital Durand, donde fue trasladado junto con otras víctimas: "la gente se moría y quedaba allí tirada, sin que nadie pudiera hacer nada".

Sobre lo que ocurrió en Cromañón, Iván descartó que el cacheo hubiera sido riguroso, y para robustecer esa afirmación recordó que ni a él, que llevaba "una mochila con una bandera", ni a un amigo con quien concurrieron juntos, los palparon al ingresar al local. "No era un cacheo muy estricto... los revisaban así nomás", graficó.

Iván también aseguró que, según su impresión, lo que originó el incendio y la tragedia posterior fue pirotecnia del tipo "tres tiros". "Entre la consola de sonido, la barra y una columna vi a una persona que levantó la mano y disparó un tres tiros. Dos estallaron antes de llegar al techo, pero uno se incrustó en la media sombra y generó el incendio. Estoy completamente seguro que lo que generó el incendio fue un tres tiros", relató.

El testigo ratificó que "una voz" –presuntamente la de Omar Chabán- pidió que cesaran las bengalas, que se venían arrojando desde que tocaba la banda soporte, Ojos Locos, antes del ingreso de Callejeros al escenario. Una vez estallado el incendio, la escena en el interior de la discoteca fue caótica: "las chicas te rasguñaban la espalda en la desesperación por salir.... la gente se desvanecía y todos la pisaban, cada uno intentaba salvar su vida".

Iván cayó al suelo y "un metro y medio de cuerpos" cayeron sobre su humanidad; así se fracturó el tobillo derecho, y en la oscuridad reconoció que quien estaba sobre su pecho era el amigo con quien había concurrido a la discoteca. "Nos abrazamos, le dije 'en esta nos morimos' y me puse a llorar. Gritaba mucho, pero nadie me escuchaba. Mi amigo me dijo 'qué hacemos?' y yo le dije 'no me quiero morir aquí'.

Luego alguien me tomó del brazo, enseguida vinieron otros y me sacaron de allí", evocó. Iván consiguió salir de la discoteca guiado "por un viento que ingresaba de afuera y que era como recuperar la vida"; se desmayó en al menos dos oportunidades, fue trasladado al Durand y desde allí al Hospital Militar, donde fue sedado para aplacar una intensa crisis de nervios. "Al día siguiente, cuando me desperté, me contaron lo que había pasado", relató.

Después del mediodía declararán los otros tres sobrevivientes previstos como testigos para la audiencia de hoy. Pese a que no pareció padecer consecuencias físicas –por lo menos, no divisables a simple vista- una recurrente tos interrumpió brevemente el relato del sobreviviente.

El tribunal oral, presidido hoy por el juez Marcelo Alvero, manejó con prudencia y contención casi paternal la declaración del testigo, a quien le habló con tono pausado, explicándole cada uno de los pasos procesales que debía dar, preguntándole a menudo si estaba en condiciones de seguir declarando e incluso ofreciéndole que bebiera agua cuando se extendía en el relato.

Fuente: DyN

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