Domingo 28 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 34 y 35 > Sociedad
"¡¿Quién te enseñó a manejar?!"
El tránsito es un caos. Conductores que manejan mal, otros que no respetan las reglas y hasta las ignoran. Falta de educación, capacitación y sentido común en las calles.

Y a vos quién te enseñó a manejar?!". La frase suena y resuena. Una y otra vez en el tránsito cotidiano. En el caótico, desordenado y violento tránsito diario. Aquí en Roca, y también bastante más allá. Conductores que manejan mal, automovilistas que transgreden las normas básicas de buena convivencia en las calles, rutas y caminos... otros que ni siquiera las conocen. Es parte del drama habitual que se debe enfrentar al tener que sentarse detrás de un volante...

"Manejamos mal, y aunque uno quiera respetar cada mínima norma, es casi imposible, te llevan por delante...", razona, con particular sinceridad, un viejo "tachero", recostado con toda su robustez sobre el volante del pequeño auto. "Nadie te respeta si venís por la derecha o no, o la prioridad de paso".

Y tal vez sí, como dice el viejo dicho popular, en definitiva uno es lo que mama... Tamaña apreciación podría aplicarse a cualquier aspecto de la vida social, pero sin dudas donde calza mejor es en el cuestionado tránsito.

Mucho se dice y es inimaginable pensar cuánto más se escribirá en el futuro sobre cómo manejamos, por qué muchos parecen empeñados en pasar por alto las reglas, en mirar dos veces en cada esquina -tal vez un domingo por la mañana cuando todo mundo descansa- para pasar despacito mientras el semáforo tarda en ponerse en verde.

Los hechos, las consecuencias están expuestos diariamente.

Por demás suficientes y dolorosos. Más de 8000 personas sólo el año pasado murieron en accidentes de tránsito, según datos del Instituto de Seguridad Vial (ISEV), más de 1.200 chicos mueren atropellados por año... Demasiado.

Así, es más que válido y razonable preguntarse: ¿cuál es el origen del problema?, ¿de dónde proviene tanta imprudencia, violencia, laxitud, ignorancia...? Como suele decirse, las posibles causas del "mal manejo", de los errores y negligencias al volante, "son múltiples". Sin embargo en más de un "90%" -otros lo estiran hasta un 98- son causa del factor humano, advierte el jefe de Tránsito de Río Negro, Félix Pérez.

"Hay que pensar el problema desde el principio, como indica el sentido común", dicen los que saben. Entonces: ¿cómo aprendemos a manejar? ¿en qué situación llegamos a solicitar el carnet? La nueva Ley nacional de Seguridad Vial, aprobada hace sólo unos meses, incorpora varios puntos para "mejorar" la problemática. Pero entre ellos, no hace más que reafirmar la necesidad de realizar un curso de manejo, teórico y práctico,

"de educación para la seguridad vial" en escuelas habilitadas antes de sacar el carnet (artículo 26). Sin embargo la exigencia hace agua por los cuatro costados en la región.

En Río Negro no hay escuelas públicas de manejo y en forma privada la oferta es sumamente reducida, apunta Pérez. Es más, en muchos municipios las exigencias para sacar un carnet siguen siendo demasiado frágiles.

En la mayoría de las comunas ni siquiera hay lugares habilitados donde se pueda aprender y practicar con seguridad a manejar. Menos para hablar de educción vial.

Por eso, lo cierto es que la mayoría aprende a conducir -sin demasiadas alternativas- de la mano de amigos, familiares o conocidos... Como puede. "Me atrevería a decir que ni siquiera el 1% de los nuevos conductores pasa por una academia", reconoció un funcionario policial.

Alberto Gómez, titular de Tránsito en el municipio de Roca, reconoce la falta de existencia de lugares y "escuelas habilitadas para un manejo responsable". En Roca, existe un predio -que maneja la cooperadora de la Policía de Tránsito- donde efectivos sólo toman los exámenes prácticos -incluido algo de teoría- a los interesados en obtener el carnet. El cartel en el edificio pareciera no dejar lugar a dudas: "Escuela de Educación Vial". Sin embargo, no funciona para capacitar a nuevos conductores.

"Menos del 10% conoce la ley", advierte José Fieiras, licenciado en Accidentología y Prevención Vial. "En Argentina todo el mundo cree que al conducir no se expone a nada: al conductor le faltan capacitación y sentido común", sostiene. El jefe de Tránsito provincial sostuvo que la falta de capacitación "es una gran deuda" y debería convertirse en una política de Estado.

Basta con tomarse el simple trabajo de prestar atención, unos minutos para ver hasta dónde llega el fondo del problema.

General Roca. Martes 9 de septiembre: 12,15.

La calle Tucumán estuvo tranquila durante la mañana, sin embargo, orillando el mediodía, el ajetreo le cambia la cara. Un vehículo circula detrás de un Fiat Duna, por la derecha.

Por la izquierda aparece de pronto una camioneta 4x4. Circula un poco más veloz que el resto pero se encuentra con el paso lento de un viejo Renault 12. De pronto su conductor da un volantazo y se apodera del carril derecho...¿y el guiñe? Más adelante hay que cambiar de carril, un camión de una empresa láctea descarga mercadería en doble fila... ¿Hasta qué hora puede hacerlo?

Al pasar frente a una escuela, en horario de salida de los chicos, todo se complica. La cuadra es un caos. Bicicletas y motos paradas sobre la calle... Combis que pelean por el lugar, autos en doble fila, taxis que paran por pasajeros. ¿Nadie ordena? Lo mismo ocurre en cada ciudad, frente a un banco, una institución o un organismo público... Cada día.

 

SILVANA SALINAS

slsalinas@rionegro.com.ar

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