Domingo 28 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
ANALISIS: No hay que esperar grandes cambios

El campo sigue sin encontrar su interlocutor válido dentro del gobierno.

La llegada de Carlos Cheppi a la Secretaría de Agricultura de la Nación (SAGPyA) había generado cierta expectativa entre los referentes del agro. Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron las dudas y las respuestas nunca llegaron. Los problemas del sector tienden a profundizarse y no existe la voluntad política para revertir esta situación.

"El ex presidente fue muy claro al ofrecerle el cargo a Carlos Cheppi. Ni agua a los traidores... (risas) y parece que más que nunca hoy se hicieron realidad sus palabras", aseguró un asesor del Ministerio de Economía en alusión a la sequía que sufre el sector agropecuario.

Las reuniones que mantuvieron las organizaciones del agro con Cheppi desde la derogación de la resolución 125 (retenciones móviles para los cereales) fueron charlas técnicas sin respuestas políticas a las necesidades del sector.

Tampoco se le puede pedir peras al olmo.

Cheppi asumió la Secretaría muy condicionado. El poder que tenía cuando llegó al sillón de Paseo Colón no era el mismo que ostentaba en su momento Felipe Solá u otros secretarios, previo a la gestión K.

El matrimonio Kirchner desmanteló a la SAGPyA dando autonomía a determinados sectores que hoy ya tienen hasta más poder que el mismo titular de Agricultura.

Tal es el caso de Ricardo Echegaray en la ONCCA. Este funcionario hoy maneja todo el sistema de subsidios y compensaciones con un presupuesto que supera los 1.500 millones de pesos al año. Obviamente este manejo lo hace al mejor estilo K: en forma totalmente discrecional, nada transparente y apañando con estos fondos a los grupos agropecuarios amigos del Ejecutivo.

Sin poder, Cheppi pasa a ser un secretario más que pasará, sin pena ni gloria, fagocitado por la burocracia estatal.

 

JAVIER LOJO

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