"Estudia tus fuerzas y conoce quién eres y qué tienes de especial. Descubre qué hace cada uno en un set de filmación, pregunta y escucha. Asegúrate de vivir la vida, lo que significa no hacer cosas para conseguir celebridad, y devuelve algo positivo a nuestra sociedad". Esas eran máximas de Paul Newman. Máximas que lo definían casi a la perfección. Como quien realmente ha estudiado sus fuerzas y conoce quién es.
El actor y director -que ayer finalmente no pudo pelear más contra el cáncer de pulmón y murió en su casa, rodeado de su familia- fue un galán. Pero fue mucho más que eso. Era un persona inteligente y comprometida (con su empresa de aderezo para ensaladas y su fundación donaba dinero para los niños enfermos de cáncer), que jamás se vio envuelta en las veleidades de un divo ni alimentó a la prensa del corazón.
Paul Newman fue una leyenda y una de las últimas grandes estrellas de esa fábrica que es Hollywood.
La noticia de su muerte llegó de manera extraña. No justamente desde su país, sino desde Italia, donde la mala nueva atravesó el océano vía e-mail. Vincenzo Manes, presidente de la fundación Dynamo Camp Limestre fue el vocero de la muerte de Newman para el mundo: "Esta mañana he recibido un correo electrónico desde América en el que me han dicho que Paul Newman ya no está con nosotros", dijo. Y el mundo repitió la primicia, con dolor.
Hace apenas un mes, el actor, afectado por el cáncer que primero quiso negar y luego admitió, pidió a su familia que lo llevara a su casa para morir. Newman ya había recibido varios tratamientos de quimioterapia en el Hospital de Nueva york . Pero decidió despedirse en su casa, junto a su mujer, Joanne Woodward, y sus hijas. El actor tenía tres hijas con Woodward, con la que contrajo matrimonio en 1958, y dos más de un matrimonio anterior con Jackie Witte. En enero, había celebrado las bodas de oro con Joanne, y eran una de las parejas más estables de Hollywood ("para que voy a ir a comer hamburguesa afuera si en casa tengo un bife en casa?", decía él).
Lo cierto es que su lenta despedida había comenzado el año pasado, en mayo, cuando decidió que 50 años de carrera dedicados al cine era suficiente. "He trabajado durante 50 años y es suficiente", dijo entonces. La suma de las partes da a su favor: hizo unas 60 películas, recibió un Oscar Honorífico en 1985, y un año después, el de Mejor Actor por su interpretación en "El color del di
nero".
En el medio, Paul fue detective, gángster, vaquero, buscavidas, jugador de billar, científico, capitán de barco, asaltante de trenes y bancos, Búffalo Bill o Billy el Niño. También fue el galán de las mujeres más hermosas de Hollywood.Y lo dirigieron los mejores: Michael Curtiz, Otto Preminger, Alfred Hitchcock, John Huston, Robert Altman, Martín Scorsese y los hermanos Coen.
Entre sus películas más populares se encuentran el western "Dos hombres y un destino", y "El Golpe", ambas coprotagonizadas con Robert Redford. El último proyecto conjunto, la versión cinematográfica de la novela "Un paseo por los bosques" se anuló a último minuto porque Newman se encontraba demasiado mayor para hacerlo.
Nacido en una familia formada por un próspero padre judío y una madre húngara católica el 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, Newman debutó con 7 años en una obra escolar. Sirvió como artillero de cola en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial y luego estudió actuación en la Universidad de Yale. Siguió preparándose con estudios en el Actors Studio de Nueva York donde recibió clases de Elia Kazan y Martin Ritt, entre otros. La fama le llegó en 1956. Y desde entonces, este ícono del cine se dedicó a estudiar sus fuerzas y a dejarle al mundo todo lo que tenía de especial. (Agencias)