NEUQUÉN (AN).- Pasto, arcilla y madera son los tres elementos básicos para la construcción de una casa de fardos, una técnica milenaria que actualmente dejó en la región de ser una alternativa snob para formar parte de la solución al grave problema habitacional. Es que a un valor de sólo 150 pesos por metro cuadrado y con la posibilidad de ser edificada por personas con mínimos conocimientos de albañilería, esta técnica se plantea como una gran solución no sólo a la falta de casas sino también a los constantes incendios de casillas.

Alejandro Marino es el máximo referente de esta tendencia en la región y hoy, a las 10 de la mañana brindará una charla especial sobre este método en el aula 10 de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue (UNC), que cuenta con el auspicio de la secretaría de Extensión y que será la antesala para un curso intensivo de 80 horas -y pago- que dictará Marino durante octubre.

"En los últimos siglos la sociedad perdió esa costumbre que tenían nuestros bisabuelos de hacerse sus propias casas y eso es lo que buscamos recuperar con esta técnica de la casa de fardos, que es una de las 20 técnicas orgánicas que desde hace más de 50 años son estudiadas por grupos universitarios de Francia y Alemania", indicó Marino.

El especialista explicó que "este tipo de vivienda tiene la misma resistencia que una casa de ladrillos tanto a los golpes como al fuego, son térmicas tanto ante el frío como ante el calor y al tener paredes lisas no acumulan ningún tipo de insectos".

Marino indicó que la construcción comienza con la realización de una base similar a una plantea, luego se colocan postes de madera emulando columnas y vigas superiores a las que se unirán los fardos que son utilizados como ladrillos. "Los fardos se estacan con varillas al techo y al piso y luego son sujetados en ambos sentidos por alambres. Una vez terminado esto se revoca la pared, que puede ser utilizado arcilla o adobe en lugar de revoque grueso o con los métodos tradicionales", explicó.

Este recubrimiento es el que le otorga rigidez a las paredes en las que las conexiones de los servicios se realizan tanto superficialmente a través de cañerías o en el interior, previo al revocado.

"Nuestra idea es que la gente sepa que puede usar lo que tiene a mano, el pasto, la arcilla, y con eso en conjunto tal vez con un vecino puede autoconstruir su casa que durará hasta 200 años como hay casas en Estado Unidos", señaló el especialista a la vez que indicó que "construir una habitación de 4x5 metros entre tres hombres demora una semana y tiene un costo menor a los 2.000 pesos, por lo que para una casa tipo con dos dormitorios el costo total es menor a los 10.000 pesos, porque el fardo de pasto no sólo es grande sino que para los que no lo consigan gratis cuesta sólo ocho pesos".

Marino explicó que de momento son tres las casas de este tipo que hay en China Muerta, Paso Córdoba, otra en Centenario y un aula en una escuela de Plottier. "Para mí ésta es la alternativa a la crisis que se vive hoy porque sobre todo más allá de ser una técnica constructiva rápida y económica, lo más importante es que son viviendas ignífugas que podrían poner fin a las tragedias que diariamente vemos porque se prenden fuego las precarias casillas".