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ANALISIS: Una oportunidad y muchos interrogantes | ||
Cristina Fernández intentó durante su estadía buscar oportunidades en medio de la crisis de EE.UU. en función de dos esquemas: presentar a la Argentina como un destino de segura rentabilidad para los inversores y desacreditar a los que criticaban el modelo económico porque muchos de ellos originaron el cataclismo financiero. La estrategia de negar un problema matando al mensajero no siempre es efectiva. La incongruencia de las calificadoras de riesgo ubicando a la Argentina de hoy en el mismo escalón que tenía en 2001, no elimina la idea de que los índices del Indec no reflejan el aumento de precios y que el organismo dejó de ser creíble. El discurso de la "prensa miente" y "las encuestas mienten", quizás pueda ser útil en Argentina. Pero plantear el mismo recurso ante la comunidad empresarial estadounidense, tal vez sea subestimar al auditorio, que cuenta con otros datos que exceden a los medios periodísticos argentinos. No obstante, Fernández de Kirchner demostró su capacidad oratoria, principalmente para cuestionar al anfitrión, el gobierno de George W. Bush, en su propia casa. Así, inteligentemente, utilizó los contraejemplos. Criticó a la Casa Blanca por el manejo de la crisis, pero le recordó a Bush que ella y su esposo vienen pregonando un mayor papel del Estado, el mismo que debe ahora aplicar un plan de rescate aquí. Apuntó al unilateralismo de Estados Unidos, pero destacó el multilateralismo alcanzado por América del Sur. Dijo no alegrarse por la situación económica en el Norte, pero sugirió a la Argentina como un inmejorable destino de inversiones. Sin embargo, de seguro causó más dolor en la comitiva argentina las declaraciones de Guido Antonini Wilson, que al gobierno de Bush los dardos de la presidenta. De hecho, se sabe que la Argentina como país tiene poco lugar en la prensa estadounidense, menos aún en un momento como este. Así y todo, el New York Times se ocupó de recordarle a Fernández de Kirchner el juicio en Miami por la valija de Wilson, con foto incluida. En la delegación argentina abunda la satisfacción por el periplo, al considerar que tanto la propuesta del pago al Club de París como la oferta a los holdouts fue "muy bien recibida" por países como Italia, Países Bajos, España y por el propio Estados Unidos. La pregunta que sólo el tiempo responderá es: ¿Esas medidas económicas iniciarán un camino de cambio de la imagen de la Argentina en el exterior? ¿O volveremos a caer en el default de la credibilidad? (DyN) | ||
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