Sábado 27 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 53 > Cultura y Espectaculos
Una cuenta saldada con Mark Rothko

LONDRES (DPA) - El mundo del arte celebra un estreno mundial muy particular: El Tate Modern de Londres consiguió reunir 16 obras de la legendaria serie del Edificio Seagram de Mark Rothko, a quien el museo dedica la primera gran exposición centrada exclusivamente en los últimos años de trabajo del pintor norteamericano de origen ruso (1903-1970).

"Mark Rothko" es el título de la exposición que completa las muestras presentadas en Munich y Hamburgo. Las composiciones en gran formato Seagram, que Rothko creó entre 1958 y 1959, construyen el punto álgido de las cerca de 50 obras que hasta el 1 de febrero se podrán contemplar en el museo que dirige el español Vicente Todolí.

Esta exposición constituye una oportunidad única de ver 14 de los 16 cuadros unidos en una sala y probablemente no volverá a ocurrir en muchos años. Una presentación que seguramente hubiese complacido a Rothko, quien rara vez estaba de acuerdo con las presentaciones en los museos que hacían de sus obras.

Los cuadros están colgados muy cerca unos de otros y forman "una sala envolvente, que sólo a mí me pertenece", tal como el artista siempre deseó. El colorido intenso de las obras, también denominadas "murales", deslumbran en la sala. Son unos pocos rectángulos enormes en cuyos bordes los colores se difuminan: campos de color en los que un rojo luminoso que brilla bajo un marrón tierra o un cálido marrón oscuro que se diluye un rojo burdeos mate. Son monumentales composiciones de colorido fulgurante, que en la exposición de Londres por su increíble cercanía casi generan sensaciones embriagadoras en el visitante, lo que en definitiva era la intención del pinto.

"No me interesa la relación entre color y forma o algo así. Me interesan sólo las emociones humanas más elementales: Tragedia, éxtasis, azar", dijo Rothko al hablar de la motivación de su trabajo. "El hecho de que la gente se desmorone y llore cuando se enfrenta a uno de mis cuadros demuestra que puedo comunicar sentimientos. La gente que llora ante mis cuatros tiene la misma experiencia religiosa que yo cuando los pinté", añadió.

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