Sábado 27 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 50 > Cultura y Espectaculos
SOBREVIVIENTES: Los chicos sólo quieren divertirse

Si Andy Warhol hubiese sido músico, sería el sexto B 52's. Porque esta banda es el Pop Art hecho música. Cinco amigos que hicieron de la adolescencia una fiesta interminable. Casi surrealista.

No les importaba el auge new wave. Porque tenían estilo propio. Esa estética sesentista presente en cuerpo y alma, pero a finales de los 70. Nada alrededor los perturbaba. Tenían un norte.

Estaban convencidos de su música. Una fórmula simple pero efectiva. Ritmos festivos con gran sentido del humor dentro de una onda muy a go go. Y coparon las radios universitarias. Entonces apareció un productor -Chris Blackwell- y con él el primer LP: The B52's.

Con este disco se transformaron en la banda preferida de John Lennon. Con temas como Dance This Mess Around, Rock Lobster o 52 Girls.

En 1980 el sonido se perfecciona al ritmo de las ventas. Los colores se electrifican. Y los gritos féminos de Kate Pierson y Cindy Wilson se transforman en dulces melodias.

Aparece Wild Planet con Private Idaho, Party Out of Bounds y Quiche Lorraine.

Y con Steven Stanley como productor nace Whammy en 1983. Un disco raro. Con más sintetizadores y procedimientos electrónicos que ideas. Disco muy monótono dónde es difícil diferenciar un tema de otro. Solamente un tema, Song for a Future Generation hace la diferencia.

En 1985 les tocó bailar. Pero con la más fea. Muere Ricky Wilson (hermano de Cindy) a causa del sida. Golpe durísimo para B 52's. Porque no era un integrante más de la banda. Era un amigo. Entonces la sonrisa se transformó en tristeza. Y el vacío en infinito.

El luto duró tres años hasta que en 1986 editan Bouncing Off The Satellites dedicado a la memoria de Ricky. El disco sirvió para volver a unir ahora a este cuarteto. Porque musicalmente no dejó demasiado.

Hasta que en 1989 aparece Cosmic Thing. Uno de sus mejores trabajos. Estaban en sintonía otra vez. La sonrisa volvió a escena. Y los peinados. Pero esta vez más grandes y más coloridos. Todo era más.

Fred Schneider volvió a ser...Fred Schneider. El auténtico. Y Keith Strickland dejó la batería para revivir los acorde de Ricky. El kitsch se había vuelto refinado.

Cuando todo volvía a ser como antes se produce la inesperada marcha de la rubia: Cyndy Wilson. Pero lejos de haber llegado a su fin el ahora trío nos sorprende con Good Stuff. Este buen material que trajeron a la Argentina en noviembre del 92. Cuando la psicodelia se apoderó de Vélez. Tarde mágica con los Auténticos Decadentes y los Paralamas como soporte. Y ahí estaba B 52's. Y yo también. Jamás imaginé poder ver a esta banda en vivo. Y más vivos que nunca. Una verdadera fiesta fuera de los límites. Acordes que siempre disfruté y que a partir de esa tarde pasaron a formar parte de la banda sonora de mi vida.

En este 2008 aparece Cyndy Wilson. Y con ella Fundplex. Los B 52's en estado puro. Energía desbordante de unos jóvenes con más de cincuenta años en el DNI. Nuevo disco y regreso de la fantasía futurista.

Amantes de una subcultura demodé y de garage. Rayando lo kitsch. Imaginería pop al servicio de la música. Únicos e inigualables. Plenos de energía. Esa que entra por los ojos pero que contagian los cinco sentidos. Esta banda hizo de la alegría un estilo musical, una cosa cósmica que en un planeta salvaje y con un buen material creó una fiesta fuera de los límites.

 

Si querés ver los mejores temas de B 52's te esperamos en Los Sobrevivientes, el blog del "Río Negro" on line.

 

GUSTAVO NORI

gnori@rionegro.com.ar

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