| Los árboles que adornan el bulevar de la avenida Argentina de Neuquén están agonizando por la falta de agua. Es tal estrés hídrico que hasta los olmos (que se aguantan todo) penan resecos en la calle más emblemática de la capital de la Patagonia. Algunos históricos pinos, además, hacen de postes de luz, han sido punzados gratuitamente por los artesanos de la plazoleta. Hágase un minuto y estudie el escenario si es que anda por esa zona. Algunos problemas vienen desde hace tiempo, pero el más reciente tiene que ver con la decisión de meter cemento por donde hubiere un poco de tierra negra. El caso es que la empresa que hizo la obra enterró las cañerías de riesgo y en algunos casos fueron más allá, las arrancaron de cuajo. Es más, a muchos árboles ni siquiera le dejaron la "cazuela" para permitir el riego. "Son unos animales, con perdón de los animales. Ni siquiera hay planos para ubicar las cañerías. Hay que romper todo de nuevo....", gruñó un funcionario municipal. Lo que se dice un crimen perfecto. | |