Viernes 26 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 22 y 23 > Internacionales
Fracasó la reunión en la Casa Blanca y el plan de rescate de Bush tambalea
El presidente, Obama y McCain no alcanzaron una salida. La postura de los republicanos ortodoxos traba la iniciativa.

WASHINGTON.- El plan de salvamento propuesto por el gobierno para reflotar la maltrecha economía estadounidense quedó ayer al borde del naufragio en un mar de desacuerdos, desencuentros, roces y política de campaña entre la Casa Blanca, el Congreso, y los dos aspirantes presidenciales, John McCain y Barack Obama.

Lo más cercano al consenso que salió ayer de Washington fue un acuerdo "de principios" al que llegaron una mayoría de demócratas y republicanos en los comités bancarios del Congreso, siguiendo los principios marcados por el plan del gobierno, que consiste básicamente en gastar 700.000 millones de dólares del erario público en adquirir los valores "tóxicos" que están lastrando los mercados, especialmente los inmobiliarios.

Pese a la oposición de los republicanos más conservadores y a que aún no se manifestaron los líderes de ambos partidos ni la Casa Blanca, los promotores del acuerdo aseguraron que lo plasmarán por escrito para intentar que sea aprobado.

Pero toda la atención se centró ayer en una reunión en la Casa Blanca calificada a priori de "histórica" por los medios estadounidenses y que terminó en fracaso.

En ella estuvieron el presidente George W. Bush, McCain, Obama y todos los líderes republicanos y demócratas en el Congreso. Y el que no salió mudo salió enfadado del encuentro.

En el punto de mira estuvo la postura de McCain. El candidato republicano a suceder a Bush fue el primero en proponer la reunión, incluso canceló todos sus actos de campaña para volver a Washington para buscar una solución, pero según diversos demócratas su participación en el encuentro fue cuando menos escasa.

Christopher Dodd, presidente del comité bancario del Senado, se mostró visiblemente enojado y calificó el encuentro de "teatro" y "oportunidad para la fotografía de John McCain". "No estoy seguro de qué dijo (McCain) en la reunión, no sé qué opina en todo esto, con toda honestidad", agregó Dodd. El representante demócrata Steny Hoyer aseguró que McCain "habló brevemente".

Consultado después sobre su rival en la carrera presidencial, el demócrata Obama evitó atacar directamente a McCain, pero sí lo hizo indirectamente: "Mi impresión, que quedó confirmada en la reunión de hoy (ayer), es que no ayuda cuando se inyecta la política de campaña presidencial en un asunto tan delicado".

El senador por Arizona rechazó haber buscado protagonismo con la reunión en la Casa Blanca y afirmó haber cumplido con su deber en una entrevista posterior con la cadena de televisión MSNBC.

"Es lo que necesito hacer por mi país, y si eso me daña políticamente, con gusto asumiré la penalización".

Lejos de la campaña presidencial y tras el fracaso de la reunión en la Casa Blanca, la búsqueda de un acuerdo volvió al Congreso. Dodd y los líderes republicanos que pergeñaron el acuerdo aseguraron que seguirán adelante buscando el apoyo del mayor número posible de congresistas.

Siempre que contasen con la aquiescencia de la Casa Blanca, podrían llevar el acuerdo a voto a la Cámara de Representantes y al Senado.

Aunque no delinearon públicamente qué cambios ofrece su propuesta respecto a la del gobierno, sí aseguraron haber introducido algunas de las principales reivindicaciones manifestadas hasta ahora por el Congreso.

Entre las principales peticiones se encontraban que el Congreso vigile cómo se gasta el dinero, que se compense también a los ciudadanos que perdieron sus viviendas, que Wall Street devuelva el dinero cuando lleguen tiempos mejores y que no se gaste dinero público en pagar multimillonarios despidos a los ejecutivos de las grandes compañías ahora en problemas.

La principal oposición al acuerdo reside en los republicanos más conservadores, que rechazan por principio la intervención del Estado en el mercado. Richard Shelby, líder republicano en el comité bancario del Senado, dejó claro que no existe aún un acuerdo y que lo anunciado en la mañana de ayer por otros líderes del Congreso no es válido. "Ese acuerdo es obviamente un 'no acuerdo'".

Además, Shelby exhibió hoy a la salida de la Casa Blanca una declaración firmada por 44 economistas de reconocido prestigio de Estados Unidos que aseguran que el plan del gobierno "es un mal plan que no resolverá los problemas". (DPA/AP)

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