Viernes 26 de Septiembre de 2008 > Sociedad
Hombre alado cruza el Canal de la Mancha
Utilizó unas alas de dos metros y medio de ancho, impulsadaspor cuatro motores a reacción. Tardó menos de quince minutos en recorrer el estrecho. "Fue perfecto, estoy en un sueño" dijo luego de pisar tierra.

El aficionado suizo a los deportes extremos Yves Rossy se convirtió hoy en el primer hombre en cruzar el Canal de la Mancha entre Francia y el Reino Unido con unas particulares alas a reacción de diseño propio sobre sus espaldas.

Tras su partida del puerto francés de Calais, este piloto de 49 años aterrizó poco menos de un cuarto de hora más tarde del otro lado del Canal, en el puerto británico de Dover. saltó desde un avión a 2500 metros de altura sobre Calais para luego sobrevolar por su cuenta los 35 kilómetros del estrecho, que es una de las rutas de barcos más transitadas del mundo. Permaneció en el aire con una construcción de alas de fabricación propia de dos metros y medio de ancho, impulsadas por cuatro motores a reacción que es dirigida con la cabeza y la espalda.

Rossy cumplió su sueño 99 años después de que el piloto francés Louis Blériot se convirtiera en el primero en cruzar el Canal con un avión. Siempre deseó volar como un pájaro, pero los primeros segundos Rossy se precipitó como una piedra a la tierra, tras lanzarse desde el avión. Pocos segundos después consiguió colocar su cuerpo en posición horizontal para, a 200 kilómetros por hora, tomar curso hacia Dover, cuya silueta observó apenas dos minutos después de iniciar su vuelo.

Sus ayudantes vivieron sólo un momento de pánico, que duró apenas un par de segundos, cuando Rossy cumplía los cuatro minutos de vuelo. Fue cuando el piloto sufrió un breve desvío hacia la izquierda. Pero el suizo logró corregir de inmediato su rumbo y mantenerse en el aire como un águila que planea por el aire con sus alas extendidas.

A los 9 minutos y 32 segundos concluyó su vuelo, la meta había sido alcanzada, el sueño cumplido y el récord mundial asegurado. El paracaídas se abrió, dejando caer suavemente al "hombre cohete" a tierra en cuatro minutos, donde lo esperaba una lluvia de champán. "Fue perfecto, estoy en un sueño", dijo el piloto visiblemente emocionado. No sintió miedo; más bien disfrutó todo el tiempo de la maravillosa vista.

A poco de tocar tierra, sintió nuevamente la necesidad de regresar a la actividad, al señalar que continuará desarrollando su máquina voladora con la intención de sobrevolar el Gran Cañón. "Ya he demostrado que es posible volar como un pájaro". Además, desea arrancar alguna vez desde la tierra en lugar de lanzarse desde un avión.

Fuente: DPA

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