El matrimonio presidencial gobierna la Nación con decálogo ideológico en cada palabra, en cada pisada. La administración provincial se bifurca en múltiples ideas personales. Dos extremos arriesgados.
El gobierno rionegrino se reduce a la inercia de planes y maniobras individuales. La fricción interna emerge cada día.
Esa propiedad emanó en Hacienda, la cartera más consolidada en tiempo y en rumbo. En esa particularidad se encuadra la renuncia de Osvaldo Mildenberger a la Secretaría de Obras Públicas, dimisión que no se cumplirá en lo inmediato; seguirá como contrapeso del ministro Pablo Verani. Hay que buscarle antes un reemplazo que interprete más el pensamiento del gobernador Miguel Saiz que del ministro. Increíble conclusión.
¿Podrá Verani convivir con esa discordia? Sí, esperará el recambio. Por eso el contador minimizó públicamente el suceso. Entendió que su secretario exageró en la reacción por el recambio de un funcionario de rango menor.
El desencadenante es más profundo. Hay que expresarlo directamente. Verani y Mildenberger mantienen una vieja disputa por el manejo de las obras públicas y la adjudicación a diferentes empresas. Ya en enero el ministro logró desplazar al asesor legal de Obras Públicas, Cristian Mildenberger, sobrino del secretario. Verani utilizó sospechas existentes para eyectarlo.
La nueva pulseada fue por el director Patricio Graciani. Su función es central en la puja planteada. Este funcionario evalúa y certifica el avance de los proyectos, disponiendo en lo técnico el nivel de pago.
Poco a poco Mildenberger redujo el poder de maniobra de Verani al permitir más participación de las pequeñas constructoras en las obras públicas. "Antes eran las 17 empresas de la cámara y ahora superamos las 60", se jactaba -recientemente- el todavía secretario.
Esa prosperidad no fue casual. Mantenía el patrocinio político de Saiz y del secretario general Francisco González. Un apunte: esta apertura permitió el ingreso a Río Negro de Urbana SRL, una constructora roquense creada en el 2004 y con labores en Neuquén. Pertenece a Luis Alberto Saiz, el primo del gobernador.
Verani nunca se resignó a la reducción de poder. Esa parcelación exponía múltiples forcejeos diarios. Los recelos se multiplicaron al repartir culpas cuando se difundió la onerosa construcción de la vereda y de la garita policial en la residencia oficial que habita el ministro por un monto de 92.000 pesos. La razón del precio se analiza en la Fiscalía de Investigaciones, que requirió un informe técnico al Colegio de Arquitectos.
Recientemente el contador insistió ante Saiz para reemplazar a Mildenberger, pero no lo logró. Ahora el secretario exageró en el desafío y presentó al gobernador su renuncia. Lo hizo después de detectar que González y el ministro César Barbeito le restaban interés a la nueva escena de su pugna con Hacienda.
Mildenberger tiene su destino marcado. Pero la resolución no será sencilla para Saiz, que continúa sin oficializar el reemplazo de Carlos Zárraga en Deportes después de más de un
mes. Su determinación favorece al peperreísta Ricardo Vélez, pero las censuras y sus dudas postergan el anuncio.
Su estilo retrasa, pero además Saiz -ciertamente- sigue despreocupado por su gestión. Prefiere su concepción de independencia de criterio y funcionamiento para cada funcionario. Esta autonomía explica la disparidad de juicios en su gobierno. Una característica que profundizan otros referentes oficiales.
El vicegobernador Bautista Mendioroz toma distancia -cada vez más- de la gestión de Saiz. Que no se hablen es ya lo menos importante, pues planean marchas diferentes. Ayer amplió esa brecha y no concurrió a la pretendida Convención. Igual hay un suceso que no es ni será indiferente en la futura relación: el capítulo final de Flavors en la provisión de alimentos preelaborados.
Para Saiz los planes de Familia deben continuar con alimentos preelaborados y desechó cualquier opción, como tarjetas sociales. Esa provisión tiene -por ahora- un canal indisoluble con Flavors. El jueves se abrirán las ofertas de la nueva licitación, que concluiría con un contrato por dos años y unos 150 millones.
Hay razones de lealtad y de política en Mendioroz. Su crítica -cada vez más pública- está en línea con la defensora del Pueblo, Ana Piccinini, y monitorea el desenlace de la encrucijada del fiscal de Investigaciones Administrativas, Pablo Berraz -un ex asesor suyo- en el expediente Flavors.
Berraz intentó que el gobierno -como ocurrió con Gavazza- escuchara sus advertencias y luego actuara en la corrección. No fue así. El fiscal se fue de Casa de Gobierno con un firme rechazo a la separación de la proveedora de alimentos. Berraz está hoy en una elección difícil, pero concluiría con la exclusión de Flavors.
En lo político un magro panorama detecta el vice si la alianza del Estado con Flavors continúa inmutable. Mendioroz sabe de las bondades proselitistas del esquema asistencial en cada campaña y las utilizó. Si todo sigue igual, ese aparato no lo cobijará de igual manera, y lo peor es que ese beneficio podría favorecer a otro candidato en el 2011.
Ni las fricciones en su gobierno ni las divergencias con Mendioroz concentran las preocupaciones del gobernador. Sus temores se refieren a los dichos y hechos de Pablo Verani. Su marcha en el Senado ya es un tormento: votó contra las retenciones, se fue para no rechazar la estatización de Aerolíneas y anticipa su oposición a la movilidad jubilatoria que propone el gobierno.
Una coherencia opositora contra los K que bien contrasta con su ductilidad de hoy en el plano radical: acompaña al vicepresidente Julio Cobos en su proyección diferencial y negocia con Gerardo Morales su regreso a un radicalismo opositor mientras reivindica su lealtad a Saiz, el mandatario radical más kirchnerista. Para el gobernador no hay atajos. Aceptó la mediación de Verani pero resiste una comisión de negociación. Esta pretensión se originó en el intendente Jorge Ferreira y el orgánico Fernando Chironi. El senador recogió esa idea porque quiere socializar posibles fracasos.
No hay engaños en la cuestión. El año próximo Saiz no estará en la UCR y sus candidatos parlamentarios se mantendrán en la Concertación, fuera del radicalismo. La política también se cultiva de la lógica: la UCR insistirá en el 2009 con una fuerte lista opositora y el gobernador continuará alineado con los K. El mandatario lo blanqueó ayer con su perspectiva. Seguirá la intervención porque su único propósito es imponer los candidatos a Diputados, replicó.
Otros diseños para recuperar el espacio partidario todavía son ciencia ficción.
Qué número de dirigentes contendrá esa estrategia de Saiz dependerá de múltiples factores.
Los sucesos -gubernamentales y partidarios- se desbordan y la misma dirigencia advierte que no puede ser indiferente cuando su propio futuro pendula entre la pertenencia y el destierro del poder.
ADRIÁN PECOLLO
pecollowa@yahoo.com.ar