Hoy, a las 22, en el Cine Teatro Español de Neuquén y el sábado a la misma hora en Roxvury, San Martín 490, de Bariloche, el trompetista Marcelo "Gillespi" Rodríguez presenta su última producción "Bell Vill" y temas del próximo compacto; todo junto al quinteto integrado por La Cabra en voz, los teclados de Pátan Vidal y Álvaro Torres, Javier Martínez en batería y el bajo de Norberto Córdoba.
Trompetista, humorista, actor, Gillespi grabó su primer álbum solista, "Ultradeforme" (98), junto a Pedro Aznar y Germán Daffunchio, mientras hacía un programa de televisión conducido por Roberto Pettinato. El segundo disco, "SuperChatarraEspeshial" con Ricardo Mollo, entre otros, recibió tres nominaciones para los Gardel. A mediados del 2003 editó "Live in Gonnet" registrado durante una actuación en esa localidad cercana a La Plata. "Como actor fui un caradura total, no me formé para nada. He actuado igual, pero de lanzado, porque soy de tirarme a la pileta..."
-Formarse en más de una disciplina da más defensas ante los cambios que la vida propone...
-Coincido, sí. También es parte de mi personalidad. Soy muy curioso y muy variado en mi modo de ser. Tengo una tendencia a ir para un lado, después girar... Conozco gente que es constante, por ejemplo, y yo me reconozco distinto".
-La radio y la música son los terrenos que más transitás.
-Son los que más me gustan y donde me siento muy cómodo. No tanto en la tele, donde se da una relación más histérica, si querés. Por momentos me seduce, en otros me rechaza, yo lo mismo. No es algo que me sale naturalmente bien. Tiene que ser un proyecto muy determinado, con amigos, para que me prenda.
-La radio sí, ¿por qué?
-En principio me da mucho soporte de tranquilidad porque puedo jugar con la música, con las tandas publicitarias, hay fragmentación para trabajar, no se me ve. La tele es pura exposición y me ha tocado hacer muchos programas en vivo y hay que estar fantástico, cosa que es un estrés total para media hora o una; siempre al mango porque últimamente exige una especie de euforia, todo el tiempo arriba. Un tipo de manejo que no comparto.
-Hay que atraer con otras armas, no sólo a los gritos y riéndose de pavadas.
-¡Claro! Para alguno de los programas en los que estuve me ha pasado de preparar material que no era bueno, me parecía que no estaba bien. Yo planteaba a los productores que no estaba para ponerlo al aire y me decían: lo editamos más corto y lo metemos igual. Yo insistía en que por más que lo acortemos, no va a dejar de ser malo. No, pero si le ponemos vértigo en la edición, queda bien, me contestaban. Eso tampoco lo comparto.
-El ritmo es traducido como velocidad en la sucesión de imágenes...
-Pero no en el contenido. Parece que si le das una cantidad de estímulos a la gente, todo vale; que si es malo pero rápido, está bueno (ríe).
-En la música hay exposición, estás ante el público con riesgo de no tocar bien...
-Sí, pero estoy en lo mío. Las últimas veces que estuve en televisión, después de arreglar mi contratación y todo eso, inmediatamente me indicaban: ella te va a vestir, ella a peinar y ella a maquillar. Entonces, preguntaba: che, ¿como yo soy no sirve? (Risas). Si alguien te disfraza, te peina y te maquilla para que te muestres, algo malo está pasando. En el escenario con la trompeta y mis compañeros me muestro tal cual soy. Ahí me siento un poco dueño de la situación. Manejo mis tiempos. Estoy tocando con mis amigos, el escenario es como mi casa. No tengo drama. Es un lugar, para mí, sagrado en un punto. Yo trato de tocar bien y que lo que suceda sea bueno. Constantemente busco dar lo mejor.
"Esto es una apreciación mía, una evaluación personal. El criterio de la gente, a veces, es muy variado. Me importa que yo esté bien. Algunas veces he dado un concierto horrible y me felicitan. No me la creo. Todo el círculo cierra cuando yo estoy fenómeno, eso se transmite abajo y la cosa va, camina. La gente es tan cariñosa y no tiene una mirada musical fina, le gusta igual lo que hago, pero yo sé que no estuvo tan bien. La música instrumental requiere un cierto entrenamiento auditivo y no se evalúa si una escala que toqué es incorrecta".
-Seguís tu parte -la melodía, por ejemplo- o estás en otro pensamiento, en imágenes que los sonidos te generan?
-"Sí señor, lo segundo. Ahí comulgo con la idea del jazz. La melodía es el primer estímulo, como si te sentaras en una mesa de café a hablar de minas; es justamente eso. Y cada uno dirá: estuve con una tetona, la mía me dejó, qué sé yo. Eso ocurre después de la melodía y es lo que me gusta, zambullirme en qué va a pasar. Yo cierro los ojos y voy pintando. Agarro colores.
-Y los pasás al modo de frasear con la trompeta.
-Sí y de ir cabalgando sobre la banda. Trato de transmitir a mis músicos dónde estamos, en qué situación. La música instrumental tiene distintos climas y momentos, y la tarea de liderar esas cuestiones siempre recae sobre mí; que los músicos me miren y vayamos juntos a alguna parte. Soy como un guía. Cada uno de los componentes del grupo aporta algo nuevo, algo renovado en cada recital. No es sólo mi idea del tema y punto.
-Es un diálogo. Enviás impulsos, los recibís de tus compañeros y entre todos construyen.
-Es así como surgen las mejores cosas, los mejores resultados colectivos. Cuando todos estamos compenetrados y no me siguen porque soy el jefe, como preguntándome: ¿lo hice bien, patrón?".
Nacido en Monte Grande ('65), desde adolescente Marcelo se dedicó a la trompeta, luego al teclado. Estudió armonía con Osvaldo Suárez, piano con Mono Fontana y psicología en la UBA. Debutó en el Festival Mar del Jazz '84 e integró La Sonora del Plata junto a Mex Urtizberea y Nono Belvis. Participó -invitado- en Sumo ('87) y Divididos ('88-'90), con quienes registró "40 Dibujos ahí en el piso". Con Pachuco Cadáver y Pettinato hizo "Life in la Pampa" ('91), más tres discos con Las Pelotas. Grabó y tocó con Luis Salinas, Ratones Paranoicos, Walter y Javier Malosetti, Los Piojos, Willy Crook, Charly García, Pedro Aznar y Daniel Maza.
Compuso música para tele y publicidad; fue productor musical de Fútbol de Primera.
En cine creó las bandas sonoras de "Sabes nadar", "Tico Tico" y "Dolores de casada". Como solista, también sacó "Es" ('03), "Gillespi, Vista Gorda All Stars" y en el 2005, "Bell Vill", material que ofrecerá en nuestra región.
EDUARDO ROUILLET