Martes 23 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 29 > Sociedad
Iba alcoholizado cuando atropelló a los dos chicos
Las pericias revelaron que el conductor tenía una importante cantidad de alcohol en sangre.

NEUQUÉN (AN).- La fiscalía pidió ayer la detención de Juan Eduardo Hermosilla Soto, el hombre de 28 años que atropelló y mató a dos adolescentes el domingo a la madrugada frente a la comisaría Segunda. De acuerdo con las pericias, conducía alcoholizado y a una velocidad mínima de 70 kilómetros cuando cometió el doble homicidio, y no estaba corriendo una picada contra otro vehículo.

Hermosilla Soto, empleado petrolero, está internado en el hospital con fractura de húmero y de clavícula. Se estima que en las próximas horas recibirá el alta médica y si el juez Juan José Gago hace lugar al pedido de la fiscal Sandra González Taboada, pasará directamente a una celda.

Podría ser acusado de doble homicidio cometido con dolo eventual, una figura que se aplica cuando se considera que el autor de las muertes debió representarse que con su conducta (en este caso, manejar alcoholizado y a alta velocidad) puede causar un siniestro y aun así continúa desplegándola.

En tanto el ministro de Justicia, Seguridad y Trabajo, César Pérez, anticipó que le pedirá a la justicia "que los culpables reciban todo el castigo de la ley", y a los legisladores nacionales "que endurezcan las penas en caso de muerte en accidente de tránsito" (ver aparte).

El imputado atropelló con su camioneta Suzuki Grand Vitara (que había comprado el lunes pasado) a Franco Castro (16) y Belén Araya (19), dos amigos que caminaban de regreso a su casa luego de festejar en el río Grande el día del estudiante. Ocurrió a las 5.15 en Avenida Olascoaga y Montevideo, a metros de la comisaría Segunda.

El tío y padrino de Franco, Roberto Ibáñez, dijo ayer que un joven que circulaba por el lugar habría filmado el hecho con su celular. Pero de los cinco testigos que hasta ahora declararon en la justicia, ninguno aportó una prueba de esa naturaleza.

Según trascendió ayer, cuatro de los testigos relatan el siniestro de manera similar. El único que ofrece una versión distinta es el conductor de un Renault Clio que circulaba 100 metros más atrás. Se trata de un amigo de Hermosilla Soto; antes de la tragedia ambos habían cenado juntos, fueron a bailar y se dirigía cada cual a su casa cuando se produjo el hecho. Es el único que menciona que un charco de agua le habría hecho perder el control de la camioneta Vitara a su amigo.

Los demás testigos no hacen esa referencia al charco de agua. Aunque no trascendió en detalle lo que declararon, se supo que coincidieron en relatar la mecánica del siniestro y descartaron la hipótesis de la picada.

Franco y Belén caminaban por la vereda en dirección hacia la multitrocha. En el mismo sentido se desplazaba la Vitara que subió a la vereda, los atropelló, impactó contra un árbol y una luminaria.

De acuerdo con las autopsias, las muertes de las víctimas fueron instantáneas producto del violentísimo impacto.

Las pericias determinaron que la velocidad mínima a la que se desplazaba Hermosilla Soto era de 70 kilómetros (el máximo no está calculado). También trascendió que el hombre tenía una alta proporción de alcohol en sangre: 1,40 gramos (el máximo permitido es 0,50), algo que el ministro Pérez confirmó en la conferencia de prensa. Muchas botellas de bebidas alcohólicas estaban en una conservadora de camping el interior de la camioneta.

En las próximas horas el juez Gago resolverá el pedido de la fiscalía. Hasta ayer, el conductor de la camioneta estaba internado con custodia policial en el hospital pero pronto recibiría el alta médica.

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