Lunes 22 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Sociedad
Conociendo culturas hasta llegar a Alaska
Dos aventureros salieron el 5 de enero de Cipolletti. En cada lugar mostraron la cultura patagónica.

CIPOLLETTI (AC).- Es un viaje fantástico. Ariel Ikes (41) de Cipolletti, y Claudia De Cillia (28) de Comodoro Rivadavia, se encontraron en el sendero de la vida y partiendo del eje Río Negro-Chubut, ya en el ejido cipoleño como patria chica, decidieron unirse para alimentar sueños, viajes y aventuras. Llegaron nada más ni nada menos que a la misteriosa Alaska luego de etapas en muchos países, pisaron el Polo Norte y mostraron en su periplo materiales relacionados con la maravillosa Patagonia Argentina.

"Ariel, por años, fue moldeando la idea de compartir con otros americanos nuestros sentimientos, nuestra cultura, nuestra idiosincrasia y exponer, no sólo la diversidad paisajista, sino todo el trabajo realizado para acentuar el rol de nuestra Patagonia como una opción turística", dijo Claudia. Desde su vocación de docente, cree de suma importancia la necesidad de compartir con maestros y chicos de diferentes culturas para crecer juntos en el cariño y en lo científico.

Para esta travesía -que tiene correspondencia con un proyecto de investigación- llevó mucho tiempo el ahorro de dinero, la ubicación de contactos, la "hoja de ruta". Y se largaron "hacia arriba", rumbo al norte, en el furgón Mercedes Benz Sprinter, propiedad de Ariel. Fabio Ruiz, en Neuquén, realizó la gigantografía en el vistoso vehículo que muestra la belleza patagónica, y con los amigos acondicionan el interior para transformarlo en la nueva casa de estos jóvenes investigadores, embajadores y aventureros.

Con el alma cargada de sueños, y la expectativa por lo inesperado, Claudia y Ariel iniciaron su viaje el 5 de enero de este año.

Recorrieron e intercambiaron experiencias con docentes, alumnos, artistas y vecinos en general de poblaciones de La Pampa, Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy.

Chile fue la primera escala internacional, y de allí se fueron sucediendo Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Honduras, Belice, El Salvador, Guatemala, México, EE. UU, Canadá y finalmente el estado de Alaska.

En todas las comunidades en las que estuvieron -en la "subida" hacia Alaska- fueron conociendo y compartiendo tradiciones muy disímiles por casos, y difundieron la cultura sureña argentina con voces, poesía y música de muchos.

En el furgón, que aguantó con fiereza todas las geografías llevan también una importante folletería turística de la Patagonia Argentina, comprobando que es una "marca registrada" que hay que seguir acrecentando.

Claudia lleva un diario de viajes (que en algún momento puede ser un libro con experiencias múltiples) donde escribió: "estamos viajando por la América inmensa, descubriendo en sus rincones paisajes que, como tabernas centenarias, custodian la cultura e idiosincrasia de cada pueblo que con sus manos conservan el sabor del maíz cocido con agua transformándose en el pan que repartió Dios para que los pueblos nos sintiéramos hermanos. Nuestros mapuches, tehuelches y araucanos cantan al viento el loncomeo cobrizo, los quilmes cuentan su historia de rebeldía y desaparición, los incas se levantan como los conquistadores de los primeros tiempos y cada uno se presenta como bandera de organización del gran pueblo".

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