Lunes 22 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 10 > Regionales
Investigan presuntas irregularidades en el CAINA
Incluyen al funcionamiento y al tratamiento dado a las menores. Los hechos ocurrieron en Viedma, en el primer semestre de este aņo.

VIEDMA (AV)- Siete hechos presuntamente irregulares cometidos en el Centro de Atención Integral Niñez y Adolescencia (CAINA) Niñas de esta ciudad son investigados por la justicia no sólo por su funcionamiento sino por el tratamiento que se ofrece a las menores allí alojadas.

Varias son las medidas requeridas en este sentido al juez penal Carlos Reussi por el fiscal Ricardo Falca para el esclarecimiento de la situación. Este CAINA depende de la subsecretaría de Promoción Familiar del Ministerio de Familia de Río Negro y aloja a niñas adolescentes con problemas de contención en sus propios hogares.

Fugas de menores, horarios estrictos y arbitrarios, así como maltrato, serían algunas de las irregularidades detectadas por el fiscal Falca y que podrían ser encuadradas en un incumplimiento de los deberes de funcionario público para varios directivos y encargados del funcionamiento del lugar, por no haber cumplido adecuadamente con la guarda de las menores a su cargo, aplicar las herramientas pedagógicas vinculadas al tratamiento de las chicas internadas ni con los derechos del niño.

El expediente incluye actuaciones de la Defensora del Pueblo, Ana Piccinini, por este tema, así como recortes periodísticos y elementos secuestrados en el lugar.

Los hechos investigados habrían ocurrido entre el primero de enero y el 30 de junio de este año. Durante este lapso se habrían producido fugas de algunas de las chicas, en algunos casos en más de una oportunidad. Ante estas y otras inconductas se habrían establecido horarios sumamente estrictos y arbitrarios" para las comidas y el desayuno, aplicándose sanciones para las jovencitas y operadoras que no los respetaban.

A las niñas se las dejaba sin comer y a quienes debían atenderlas se las sancionaba. Esta condición generó además una mala alimentación de las niñas, e inclusive que los alimentos se vencieran. Según lo que se puedo establecer, cuando esto estaba por suceder los directivos del CAINA entregaban una mayor cantidad de estos productos a los menores que no llegaban a ser consumidos y terminaban en el tacho de la basura.

Algunas habrían comido alimentos vencidos. Además habría un registro sobre la recomendación de dieta de una nutricionista por el bajo peso de una de las niñas que se habría cumplido sumando un pedazo de pan o una fruta para comer en la cama antes de dormir. En tanto la negación de comida habría sido utilizada como una sanción para las que se fugaban.

Las normas eran también estrictas en el horario de levantarse temprano en la mañana, caso contrario se les retiraba el colchón, se cortaba el agua caliente y hasta se habría cerrado el baño con llave. A otra menor, madre de un bebé, se le habrían restringido pasajes diarios de colectivos para que trasladara a su hijo a una guardería y en otro caso y a modo de escarmiento, las responsables del hogar habrían dejado que dos jóvenes pasaran toda la noche en una comisaria donde habían sido demoradas.

La investigación incluye, entre otros hechos, el retiro de un número indeterminado de colchones que estaban en el CAINA al domicilio particular de una de las funcionarias de la institución sin que fueran regresados; así como en épocas de elecciones la misma persona retiraba del hogar bolsones de comida para regalarles a los operadores y luego llevarlos a votar.

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