Lunes 22 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 16 y 17 > Internacionales
La masacre en hotel de Pakistán pudo ser peor aún
El camión con 600 kilos de explosivos fue filmado. Estalló antes de atravesar un segundo control.

ISLAMABAD (AFP) - El gobierno de Pakistán acusó a los militantes talibanes afines a Al Qaeda del atentado suicida con un camión bomba contra el hotel Marriott de Islamabad que el sábado mató a 53 personas e hirió a 266, según el último saldo de víctimas, mientras sigue la búsqueda de cadáveres entre las ruinas.

Una grabación de las cámaras de seguridad del hotel difundida ayer probó que la matanza podía haber sido peor si el kamikaze hubiera logrado superar una segunda barrera de seguridad. En el video se puede ver un gran camión de color oscuro dirigiéndose a la barrera de acceso al estacionamiento del hotel y derribándola. En su avance, el vehículo se topa con un segundo obstáculo, el rastrillo metálico que se levanta automáticamente al paso de cualquier vehículo. Luego puede verse al conductor muy agitado.

El consejero de Interior del primer ministro, Rehman Malik, que presentó el video a la prensa, dijo que el kamikaze ordenó a los guardias que bajaran el rastrillo. El suicida hace estallar entonces una bomba aparentemente de escasa potencia que hacer arder la cabina. Tras unos instantes de estupor, los guardias tratan de apagar el incendio.

Unos minutos después, la cámara se apaga por la enorme explosión que devastó el hotel. El ministerio de Interior informó que el camión estaba cargado con 600 kilos de explosivos.

El atentado parecía diseñado para causar el mayor número de víctimas posible, teniendo en cuenta que se cometió a una hora de gran afluencia, al anochecer, cuando muchas familias musulmanas acudían al Marriott a romper el ayuno del ramadán en los restaurantes de la planta baja. La onda expansiva y el incendio arrasaron el lugar.

"Todos los caminos conducen a Fata", dijo Mailk, usando el acrónimo con que se conocen las áreas tribales fronterizas con Afganistán donde se esconden los activistas fundamentalistas.

"Lleva el sello de Al Qaeda", dijo una fuente que participa en la investigación. "Fue un atentado al estilo de los de Al Qaeda", sentenció. Aunque varias fuentes oficiales mantenían la cifra de 60 muertos, Malik dijo que hasta ahora se ha confirmado la muerte de 53 personas. La comunidad internacional condenó de forma unánime el acto y mostró su apoyo al nuevo presidente paquistaní Asif Ali Zardari, quien prometió eliminar el "cáncer" del terrorismo.

Las autoridades de Afganistán sospechan que los islamistas cuentan con complicidades en los servicios secretos paquistaníes. El balance del atentado puede agravarse ya que el edificio del hotel de lujo, que contaba con 300 habitaciones y 6 restaurantes, quedó completamente arrasado por el incendio que se propagó después de la explosión. Entre las víctimas mortales figura el embajador de la República Checa en Pakistán, Ivo Zdarek, anunció el domingo en Praga el ministerio checo de Relaciones Exteriores.

La mayoría de los muertos identificados son agentes de seguridad de la entrada del hotel, algunos extranjeros que se encontraban cerca de las salidas y transeúntes.

Los explosivos dejaron un cráter de ocho metros de profundidad ante la barrera de seguridad. Nadie reivindicó hasta ahora el ataque, calificado como el "11 de Setiembre de Pakistán" por uno de los editorialistas más leídos, Najam Sethi, redactor jefe del Daily Times. En lo que va del año, más de 1.200 personas han muerto en la ola de violencia que afecta a Pakistán.

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