Los mercados estadounidenses iniciaron sus operaciones de la semana a la baja mientras esperan el anuncio oficial del paquete de rescate bancario de 700.000 millones de dólares para librar a los bancos de deudas contaminadas anunciado por el gobierno.

El índice Dow Jones de Wall Street cedía medio punto hasta 11.337 enteros, al igual que el más amplio S&P 500. Las operaciones comenzaron junto con el anuncio del banco japonés Mitsubishi UFG sobre su intención de comprar por 8.400 millones de dólares un 20 por ciento de Morgan Stanley, que ayer -junto a Goldman Sachs- solicitó dejar de ser un banco de inversión para someterse a las normas más estrictas que regulan la actividad de los bancos comerciales.

Mientras tanto, el gobierno y el Congreso de Estados Unidos negocian a toda marcha los detalles del paquete de rescate bancario de 700.000 millones de dólares. El acuerdo había sido imposible hasta ahora por la exigencia de los demócratas de limitar los ingresos de los altos ejecutivos financieros y conseguir facilidades para los pequeños propietarios de viviendas en apuros.

El secretario de Finanzas, Henry Paulson, renovó su llamado para la pronta aprobación del paquete y, al igual que el resto de los republicanos, rechazó topes para los sueldos ejecutivos.

Entre los demócratas, tanto la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, como el candidato presidencial Barack Obama advirtieron que el gobierno no recibirá "un cheque en blanco de 700.000 millones de dólares".

Los medios informan que Paulson expresó en las negociaciones de anoche su preocupación por la probable necesidad de nuevas intervenciones del Estado en los mercados antes de que el presidente George W. Bush firme el paquete de ayudas al final de la semana. Paulson comparecerá ante las comisiones correspondientes de ambas cámaras legislativas el martes y el miércoles.

Republicanos y demócratas están de acuerdo en la necesidad y alcance del paquete, pero los últimos presentaron varias contrapropuestas al proyecto original, como medidas de protección para los contribuyentes y para reducir las ejecuciones hipotecarias con refinanciaciones de deuda y condonaciones parciales de deuda. Los demócratas reclaman también prohibir los estímulos financieros para que los ejecutivos tomen decisiones de alto riesgo en los mercado y devuelvan las bonificaciones económicas "inmerecidas". Los republicanos creen por el contrario que estas regulaciones son competencia de cada compañía.

FUENTE: DPA