WASHINGTON Y NUEVA YORK (DPA/Télam).- El plan global de rescate delineado por el gobierno estadounidense para enfrentar la crisis financiera entró ayer en una fase de áspera discusión al plantear los demócratas en el Congreso sus exigencias para aprobar las medidas.
La oposición expresó sus expectativas de que se incluya garantías para los contribuyentes, ayuda para quienes buscaban mantener sus viviendas hipotecadas y límites a los pagos de ejecutivos de entidades que se coloquen bajo el paraguas de la nueva legislación.
La administración Bush, ardiente defensora del libre mercado, busca en tanto que el Congreso le otorgue poderes sin condicionamientos para comprar papeles de deuda en riesgo por 700.000 millones de euros, en su afán por evitar un desastre financiero internacional.
De haber acuerdo, Estados Unidos pondrá en marcha esta semana la mayor operación financiera de su historia, con una inédita inyección de entre 700 y 800.000 millones de dólares. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, urgió ayer a que se apruebe el proyecto, y consideró que el sistema es "frágil".
Las autoridades de EE. UU. esperaban contar con un borrador consensuado en el Capitolio (el proyecto se aprobaría recién hacia el fin de semana), para reforzar la confianza y la tendencia alcista en la Bolsa de Nueva York. El nuevo intento de Washington para estabilizar su tambaleante sistema financiero fue recibido con euforia anticipada el pasado viernes por los mercados bursátiles del mundo.
Paulson anticipó ayer el tenor del debate al decir que la propuesta gubernamental incluye medidas adecuadas para asistir a los propietarios de viviendas en problemas y que los límites a la paga de los ejecutivos mediante regulaciones abarcativas debería esperar. "Lo que estoy diciendo es que necesitamos ser claros y rápidos, y necesitamos implementarlo", declaró Paulson hoy al noticiero de la emisora ABC. El secretario del Tesoro reconoció la "frustración" de los contribuyentes frente a la continuidad de los sueldos millonarios de ejecutivos de entidades financieras mientras el gobierno debía hacer frente a sus decisiones erradas. Pero a la vez advirtió que la prioridad era la estabilización de los mercados.
La Casa Blanca solicitó la aprobación parlamentaria para comprar activos de firmas de inversión relacionados a hipotecas devaluadas, lo que demandará recursos equivalentes a casi tres veces el producto interno bruto (PIB) anual de la Argentina.
Paulson, en declaraciones que reprodujo la agencia de noticias Bloomberg, aseguró: "Estamos ante una situación muy seria; es por eso que el Congreso debe moverse rápido". Pidió al Congreso autoridad para comprar activos de firmas de inversión relacionados a hipotecas devaluadas, ante el colapso de la última semana en el sistema financiero.
El paquete de 700.000 millones de dólares se suma a unos 600.000 millones de dólares ya gastados por la administración Bush en la guerra de Irak.
El Congreso debe subir el techo del endeudamiento a 11,3 billones de dólares, después de ya haberlo incrementado a 10,6 bilones en julio para cubrir el rescate de 200.000 millones de dólares para las financieras hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac. Pese a esa premura, los legisladores demócratas rechazan varios puntos del plan, empezando por sus costos . Otra demanda demócrata consiste en que las ayudas no queden sólo para Wall Street y se extiendan "al ciudadano común y al pequeño propietario", como demandó el candidato Barack Obama. La oposición expresó sus expectativas de que se incluyan garantías para los contribuyentes, ayuda para quienes buscaban mantener sus viviendas hipotecadas y límites a los pagos de ejecutivos de entidades que se coloquen bajo el paraguas de la nueva legislación.