El péndulo mundial -al que adscribe en apariencia a regañadientes la Argentina- vuelve a oscilar con la convulsión derivada del derrumbe financiero de Estados Unidos. El gobierno de Cristina y Néstor Kirchner ensaya una defensa verbal cerrada del "modelo" regulador, pero al mismo tiempo emite señales para ser acogido en el caótico capitalismo global sin dejar de hacer notar, exageradamente, que en el Norte debieron aplicar "recetas intervencionistas" a la usanza nacional que antes reprobaban.
Mientras la presidenta se apresta a participar de la asamblea anual de las Naciones Unidas en Nueva York, su esposo, el titular del justicialismo que cargó con las peores secuelas del conflicto con el campo, está empeñado en lograr una recomposición política, ahora que algunos se animan a hacerle frente y otros desaconsejan una candidatura suya en el 2009 en la provincia de Buenos Aires, el campo de batalla más apetecible del peronismo.
El matrimonio K sigue tomando sus decisiones más trascendentes consultando apenas con Carlos Zannini y el empresario santacruceño "Rudy" Ulloa. Hasta la semana pasada había sido excluido del sistema el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien se retiró desahuciado por no poder provocar una "oxigenación" general en la administración K.
Alberto mejoró de un sofocón de salud, se convirtió en consultor vip y, antes de reanudar relaciones con Néstor como pivote del justicialismo porteño, dio contención a kirchneristas que no alcanzan a comprender los pasos airados y en falso que está dando el pingüino.
"Hay una masa de propia tropa que el gobierno no atiende y que es necesario escuchar", era el mensaje que transmitía Alberto cuando días atrás sonó el timbre del teléfono de su casa.
-¿Qué haces, Fernández? Nos estamos rehaciendo. En el conurbano las encuestas nos vuelven a sonreír. Los números de la economía siguen siendo sólidos. El futuro es alentador...
Ante las palabras de Néstor Kirchner, Alberto guardó silencio: "¿Estás ahí? ¿Qué te pasa?", quiso saber el ex mandatario, quien ya está haciendo planes para el 2011 pese a que en el 2009 tendrá que afrontar una prueba electoral más que brava y llena de trampas.
-...fuera de Olivos -se atrevió Alberto- hay otra sensación; se cree que el gobierno perdió el termómetro de la realidad, que se encerró y que cometió errores infantiles...
Por respuesta Kirchner lo invitó a un acto en La Plata al que asistieron él, Cristina y Daniel Scioli. Luego lo convocó a la residencia presidencial el jueves, la misma noche en que desfilaron por allí intendentes del peronismo de Entre Ríos (el que no está con Jorge Busti, aliado de Eduardo Duhalde) y los rionegrinos Miguel Pichetto y Carlos Soria. Con los primeros organizó el acto del 17 de octubre en Concordia, día en que los justicialistas a su manera -esto es, vertical y engañosamente- celebran la lealtad. Con los segundos preparó un futuro encuentro con jefes comunales del PJ de la provincia patagónica y escuchó algunas quejas del senador Pichetto contra el diputado Jorge Cejas y la concertación con el radicalismo de Miguel Saiz y Pablo Verani.
Pichetto le prometió a Kirchner que el Senado aprobará el proyecto de jubilaciones móviles que -señaló- en el 2009 garantizará un piso mínimo de aumento del 18%. El nombre del vicepresidente Julio Cobos, quien con su voto no positivo hizo caer las retenciones móviles, sobrevoló deletéreo el ambiente.
¿Por cuánto tiempo podrá sostenerse en el cargo? "Se la pasa reuniéndose con adversarios y enemigos. Se saca fotos con ellos y conspira. Es inviable para el país", sostuvo Pichetto.
A esa misma hora otros peronistas K, a instancias de Kirchner, lanzaban el comité peronista federal, conducido por el rionegrino Osvaldo Nemirovsci, el misionero Juan Irrazábal y el bonaerense Luis Ilarregui. Los anima el propósito de defender los éxitos de la actual gestión y ayudar al triunfo en las legislativas del 2009, a sabiendas desde el vamos de que el oficialismo perderá entre 10 y 15 puntos. "Algo se quebró", admiten.
En contra de lo que pregona Pichetto y en sintonía con Kirchner, dirigentes más reflexivos pero que todavía temen contradecir a éste último proponen valorizar y contener a Cobos. "Lo elegimos por sus virtudes, que hoy le otorgan una gran popularidad, y no por sus defectos", argumentan fuera de micrófono. "Hay que recuperarlo y contenerlo", braman en el desierto.
En el peronismo hay que seguir los movimientos de Duhalde, Felipe Solá, José Pampuro y Mario das Neves, sólo algunos que ya sospechan un escenario sin los Kirchner. El matrimonio presidencial comparte las grandes líneas. Pero bastó que algunos insinuaran para el 2011 el nombre de Daniel Scioli para que Néstor comenzara a trabajar por volver al podio y Cristina, a través del ministro de Justicia Aníbal Fernández, hiciera conocer que no está en su mente abandonar la lucha, como le propuso su marido después del traspié en el Senado y afiebrado por la posibilidad de adelantar el 17 de octubre.
Especular con lo que pasará dentro de tres años suena ilógico. Hay muchos problemas por delante. Ratificado su proceso por una cámara judicial de Comodoro Rivadavia, relevaron al jefe del Ejército Roberto Bendini, el mismo que bajó del Colegio Militar los cuadros de los dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone.
Bendini estaba enfrentado con la ministra de Defensa Nilda Garré, quien desató una purga en la institución por irregularidades detectadas a lo largo del 2007. Los Kirchner no se lo perdonan. ¿Qué pasará con el almirante Jorge Godoy, de la Armada?
El explosivo caso del valijero Antonini Wilson podría estallar el martes, justo cuando Cristina esté en Nueva York. "Está todo preparado por el FBI y ese mequetrefe", dirán los portavoces habituales del gobierno.
Mañana la presidenta prevé hablar en el cierre del Nasdaq. Tras el anuncio de que se pagará al Club de París, tratará de sacar rédito de entrevistas con los jefes de Estado de Francia, Nicolás Sarkozy; de España, José Luis Rodríguez Zapatero y de Italia, Silvio Berlusconi. Éste quiere reclamar por los bonistas que quedaron afuera del canje y Zapatero, exponer acerca de los daños que podría ocasionar la reestatización de Aerolíneas Argentinas.
No se programó ninguna reunión con autoridades de Estados Unidos, pero quizá "al pasar" Cristina dialogue con Tom Shannon, el representante del presidente George Bush para América Latina. La Argentina estima que el juicio de Miami se hace para perjudicar al venezolano Hugo Chávez y de paso minar al gobierno de Cristina que, en el tema de los 800.000 dólares ingresados clandestinamente, hace agua por donde se lo mire.
Mientras ella se floree en Estados Unidos, el presidente volverá a ser Cobos. CFK lo quiere acorralado. Encomendó su "custodia" a los ministros Sergio Massa, Aníbal Fernández, Oscar Parrilli y Florencio Randazzo: sospecha que el vice aprovechará la ausencia para intensificar su presencia en los medios.
ARNALDO PAGANETTI
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