BUENOS AIRES (Sebastián Busader, Enviado Especial).- Igor Andreev, con esa cara demasiado aniñada para sus 25 años, fue el más sincero de los ocho jugadores. En un español perfecto que disimula a sus raíces moscovitas, señaló: "Hace dos semanas que estamos adaptándonos a la superficie, igual que los argentinos. Creo que estamos preparados y vamos a hacer el esfuerzo máximo para ganar, pero seguramente no van a ver el mejor tenis".

A esa altura, David Nalbandian, su adversario de hoy, aguardaba en una oficina el contacto con la tevé y las radios. Andreev, que tuvo una buena temporada y escaló hasta el puesto 19 del ranking, aunque no ganó ningún torneo, siempre se refirió a la presión del público del Parque Roca. Ayer no fue la excepción: "La Davis es un torneo diferente, los nervios son muchos, hay que salir con las ideas claras. El partido con Nalbandian será duro, ganará el que controle mejor y más rápido los nervios".

La ventaja aquí es que David disfruta de ese el folclore. Lo absorbe y transforma en energía positiva. Igual, aclara que "hay que respetar, y mucho a Andreev, porque es un buen jugador de polvo de ladrillo". Sobre la superficie de la cancha, dijo (como los demás) que "está un poco mejor que en la serie con Austria", pero "todavía se rompe".

Juan Martín del Potro y Nikolay Davydenko se enfrentaron una vez y fue triunfo del ruso, en el Masters Serie de París. Nada parecido tienen, y no sólo por la altura. "Delpo" es fresco y risueño, típico de un pibe de 19 años, pasa por una actualidad brillante (cuatro torneos y 23 victorias al hilo) y debutará de local en la Davis (jugó el año pasado en Liz, Austria, y tiene un record por la Ensaladera de 2-1).

El "Androide", hosco y monosilábico, disputó 15 series, fue campeón en el 2006 y posee un criticado record singlista en Davis de 12-7. "No creo que Davydenko baje su nivel en la Davis. Va a ser muy complicado, porque es un jugador que le pega muy fuerte y erra poco, es regular. Igual, creo que el aliento de las 14.000 personas nos va a ayudar", señaló la torre de Tandil.

Davydenko coincide con Andreev. "Seguramente no se verá el mejor tenis". Un periodista le repregunta. ¿Qué Davydenko veremos, el magnífico del Masters Series de Miami (torneo que ganó) o el del US Open?. El tenista infla los globos oculares, propone un incómodo silencio, y dispara: "A usted, ¿cuál le gustaría ver?".