| CIPOLLETTI (AC).- El problema no es nuevo, y se viene sucediendo a lo largo del tiempo, aunque desde hace dos meses a esta parte se ha agudizado. Aguas servidas, con fétido olor, hipercontaminadas, corren por calles del populoso barrio Anai Mapu, de norte a sur, porque esa es la pendiente de la zona. Luego de cuadras y cuadras de recorrido caen a un desagüe pensado como pluvial pero que se ha convertido en una cloaca a cielo abierto. El Mapu se ubica en la frontera norte del ejido urbano, y el acceso más directo es por las calles Naciones Unidas y La Esmeralda ambas desembocando en Circunvalación. El caso es que el sistema cloacal inicial fue previsto con un diámetro de cañería determinado sin prever el explosivo crecimiento poblacional que tuvo el sector, al urbanizarse determinadas tomas, construirse dos planes de viviendas con casi 200 unidades y la ampliación del casas del casco "histórico" a medida que se fueron agrandando las familias. Por ende, el sistema se ha ido colapsando y está al borde del quiebre. Se mantiene en un delicado equilibrio con arreglos y parches que no alcanzan a subsanar los inconvenientes. "Esto -aguas "negras" circulando hacia el desagua en medio de un insoportable hedor a materia fecal- lo tenemos que aguantar todos los días. ¿A usted le parece que es justo", dijo Marcos, un vecino encolerizado. | |