BUENOS AIRES (Télam).- El actor cómico Carlos Sánchez resistió a golpes el ataque de dos ladrones armados que intentaron llevarse a su hija de su casa de la localidad bonaerense de Banfield y le gatillaron tres veces con su arma, pero las balas no salieron.
El episodio ocurrió cerca de las 21.30 del miércoles en la puerta de la vivienda ubicada en Copello y José María Peña, una zona residencial con un sistema privado de vigilancia que pagan los vecinos y que en la cuadra donde sucedió el hecho cuenta con dos garitas.
"Mi mujer había ido a buscar a mi hija a una casa vecina, y cuando llega me dice a los gritos: 'se llevan a Micaela, se llevan a Micaela'", contó Sánchez.
La mujer, Silvia Fernández, contó luego que los hombres las interceptaron y que no sabía si su intención era robarle el auto, que estaba en la puerta o entrar al domicilio, pero que se llevaron a la nena. Entonces, el actor salió corriendo a la calle, no vio a su hija, pero se topó con dos desconocidos en moto y arremetió contra ellos. "A uno le pegué una piña y se cayó de la moto. Me apuntó con un arma que hizo 'clic', pero no disparó. Y lo tenía apretado contra el piso, pero para que no se fuera el otro, le pegué una patada a la moto y lo agarré de la campera. Se desprendió y de un bolso sacó también un arma nueve milímetros y otra vez 'clic'", relató el humorista.
Segundos después, el ladrón se fue corriendo para la esquina y, al mismo tiempo, su hija apareció corriendo, por lo que Sánchez comenzó a tranquilizarse.
"Pero cuando (uno de los delincuentes) llegó a la esquina, sacó el cargador, lo cargó, tiró la corredera, me apuntó de nuevo y no salió la bala. Se ve que no puso bien el cargador", afirmó el actor, quien dijo que los ladrones parecían "inexpertos" en el uso de armas.
A esa altura de los hechos, la niña había tocado timbre a varios vecinos para decirles lo que estaba ocurriendo, por lo que cuando los ladrones vieron que comenzaba a salir gente de las casas y les tiraban piedras, se escaparon. Uno se deshizo de su arma, cuyo cargador tenía nueve balas intactas, una cartera y se subió a la moto, mientras que el otro huyó corriendo en sentido contrario. Los investigadores, bajo las órdenes del fiscal de Lomas de Zamora Carlos Arocena, secuestraron la pistola, una Browning que tenía pedido de captura desde el 9 de setiembre cuando fue robada a un policía.
"Tuve un Dios aparte, fue una situación fea. Primero pensé que no tenían balas, que estaban boludeando, que se estaba haciendo los chorros. Pero, ante la desesperación por la nena, cualquiera en una situación como ésta actúa de la misma forma", sostuvo Sánchez.