El procurador general del Chubut, Jorge Miquelarena; y el jefe de la circunscripción, Eduardo Falco, anticiparon en lago Puelo que indagarán los pormenores del secuestro denunciado por familiares de Olga Spiepko, de 55 años, la mujer ucraniana que permanece internada en el hospital de Esquel.
No obstante, los investigadores dudan ahora de los golpes que dice haber recibido la víctima en la cabeza por parte de su marido, un ruso varios años menor y con quien se habría casado en circunstancias poco claras.
Con todo, queda en una nebulosa el destino del dinero obtenido por la venta de varias hectáreas de la mejor tierra productiva del valle de El Hoyo, a lo que podría agregarse un departamento en Buenos Aires.
Más allá de que la causa instruida por la Justicia se refiera explícitamente a "lesiones graves", el hecho podría tener derivaciones insospechadas e implicaría a conocidos políticos de la Comarca Andina, quienes habrían facilitado las operaciones irregulares de la presunta organización.
Los familiares más cercanos de la mujer dicen tener "miedo a las represalias", ya que podrían estar relacionados a otros casos criminales en Bariloche y en el mismo pueblo, que ahora indaga la Policía.
Aseguran en igual sentido que a Olga "la habían dado por muerta (hace más de un año) y que el hombre que vivía con ella se había vuelto a Rusia..., ¿cómo se entiende que aparezca así, de golpe, con una pierna rota y en un estado de abandono total", se preguntó una de las fuentes entrevistadas.
Lo cierto es que alrededor del 1 de setiembre, una ambulancia del hospital de lago Puelo la rescató en un lugar no precisado de Las Golondrinas -se presume una chacra oculta-, aparentemente en un galpón donde la mujer permaneció durante mucho tiempo, conforme determina el informe médico y que consigna un grado avanzado de desnutrición, suciedad y hasta falta de conciencia de la gravedad de su situación.
Sus antecedentes registran un paso por el hospital Borda, en la Capital Federal, que se prolongó luego en distintos nosocomios de la zona andina, pero que ya había abandonado hace rato.
Indagada en Esquel por la fiscalía, Olga Spiepko reveló que su marido le había pegado "con un cuchillo en la cabeza", aunque sin noción de tiempo y espacio. Dicha aseveración no puede ser certificada aún por los peritos, presumiendo que en su delirio refiere a otras circunstancias vividas durante su cautiverio.
Todo indica que cayó bajo la influencia de un grupo de inmigrantes de la ex URSS que se las ingeniaron primero para "casarla con otro ruso, viudo en Bariloche y con una nena a su cargo. Como sabían que no estaba bien, acá no los quiso casar nadie..., por eso se tuvieron que ir a otro lado", citó la misma fuente.
Existe incluso un acta, donde un matrimonio de esa procedencia la tomaba a su cargo y se comprometía a su cuidado.
El municipio de El Hoyo -cita el papel-, aportaría 150 pesos mensuales para el cometido.
Poco después, sus parientes se enteraron de la venta de un predio de cuatro hectáreas (parte de la herencia familiar), ubicadas en un privilegiado punto en el corazón del valle, junto a la ruta nacional 40, donde pronto se levantó un supermercado. Aducen también no saber "qué pasó con el departamento que tenía Olga en Capital Federal.
"La inquilina que tenía desde hace 20 años me llamó un día para decirme que había llegado con los rusos y que tenía que irse enseguida. Olga no hablaba, estaba ahí sentada, como muerta..., los que la acompañaban eran los que la apuraban", dijo un familiar que prefiere el anonimato.
"Toda esa tierra, además de otras chacras que eran de los Spiepko, en la subida de Las Golondrinas, tendrían que haberse repartido entre las tres hermanas, pero hasta ahora la sucesión la han manejado los rusos por su cuenta..., no sé como hicieron porque no les hemos firmado ningún poder", agregó.
Las presunciones orillan la teoría que "después de gastarse toda la plata, los rusos la tuvieron encerrada en un galpón, quizás con la esperanza de que se muera, como hicieron trascender.