En una columna de opinión sobre la actualidad en San Martín de los Andes, publicada el pasado domingo 31 de agosto, se hace un "elogio del humo".

Creo que es interesante brindar algunas informaciones al autor.

Las regulaciones de espacios cerrados libres de humo de tabaco no son muy diferentes a otras que imponen restricciones a las conductas de los ciudadanos cuando existe un bien superior.

¿Sentirán discriminación los conductores que sufren una multa cuando conducen con exceso de alcohol en la sangre? ¿O aquellos amantes de la velocidad cuando los obligan a conducir a 40 km en la ciudad?

Las ordenanzas de ambientes libres de humo tienen un alto impacto en la salud de la comunidad, que alcanza a toda la población: los fumadores consumirán menos cigarrillos, muchos de ellos intentarán exitosamente dejar de fumar, disminuirá hasta un 60% el inicio de la adicción a la nicotina en niños y jóvenes, los trabajadores gastronómicos tendrán un cambio radical en sus condiciones de trabajo, eliminando el riesgo de sufrir cáncer, especialmente de pulmón y enfermedades cardíacas y finalmente al cabo de 1 año se evitarán hasta 1 de cada 6 infartos cardíacos.

Está ampliamente demostrado que la tecnología de ventilación disponible en la actualidad no es útil para evitar los tremendos efectos tóxicos del humo de tabaco. La separación de áreas para fumadores no brinda ningún tipo de protección eficaz.

Pareciera un camino argumental más bien recto hacia la sanción e implementación efectiva de este tipo de reglamentaciones, que son apoyadas entre el 80 y el 90% de los ciudadanos, afirmación verificable en el excelente cumplimiento logrado en Neuquén capital.

Las ordenanzas de ambientes libres de humo son una excelente medida de protección de la salud comunitaria, son fáciles de implementar, no tienen costo, son ampliamente aceptadas y no discriminan en ningún sentido.

Dr. Ernesto Ruiz, DNI 13.574.301

Neuquén