BUENOS AIRES (Sebastián Busader, Enviado Especial) - Parque Roca va tomando forma de a poco, anatomía de gigantesca kermesse, de fantástica feria persa. Aquí, en este vergel faraónico pintado de verde y enclavado en Villa Soldati, donde la única recomendación es que no te sorprenda la noche, la tensión y los nervios comenzaron a escarbar en la piel. Se notó en los golpes, en los gestos, las miradas y los insultos al aire. Se notó en la presencia de Diego Maradona. Y en la práctica secreta de Rusia.
Se terminó el tiempo de la distensión. Por eso, cerca de las 15, cuando el sol era más que una leve caricia para las mejillas, el eco de una voz repercutió en todo el estadio pidiendo abandonarlo "por cuestiones de seguridad".
Para los muchachos de "Luli" Mancini, sobre todo para David Nalbandian, ya no eran graciosos los gritos que descendían desde las tribunas. No habían peligros cerca, salvo por la impaciencia de los jugadores. El engaño del locutor intentó (y logró) terminar con el incómodo murmullo que provocaban miles de niños y adolescentes. La mayoría, pertenecientes a escuelitas de tenis. Todos invitados por la organización.
El cordobés perdió los estribos en el octavo game del dobles. Ganaba 3-0 junto con Agustín Calleri, y pasó a perder 3-5, cuando Juan M. Del Potro comenzó a pegar esos palos que lo hicieron merecedor de cuatro títulos al hilo y una racha de 23 partidos invicto, y su ladero Guillermo Cañas dejó de tirar todo afuera, incluso la raqueta.
Nalbandian falló y le robaron su saque, le pegó de punta a la arcilla, el piso no ablanda y eso también preocupa, vociferó contra el hombre del sonido, se llenó de furia y se volvió una madeja de ademanes. Entonces, mientras la voz inventaba aquello de la "seguridad" y el público se retiraba contra su voluntad, Maradona abandonó al "Zorrito" Von Quintiero y a Martín Jaite, lo abrazó fraternal a David y después hizo lo propio con sus compañeros.
El ceño del unquillense se relajó y no tardaron en aparecer derechas profundas y voleas exactas. Fue 7-6 para los dos cordobeses. Antes de las duchas, los bonaerenses tuvieron que pagar la apuesta: de espaldas, recibieron el saque de sus adversarios directo al cuerpo.
Lo único que falta definir es el dobles. Los singlista están confirmados, más después de la demostración matinal de David, con un 6-1 a Calleri, y "Delpo", mismo score ante Cañas. Se estima que la dupla saldrá de la boca de Mancini un par de horas antes del partido del sábado. "Luli" analiza el estado atlético de su as de espada, porque lo anímico está ciento por ciento probado. El "Gordo" parece una fija y su ladero tendrá que ver con lo que suceda mañana.
Mientras, los rusos mostraron dos caras en escena. Por la mañana, el capitán Shamil Tarpishev y sus jugadores brindaron una conferencia de prensa cargadas de humor y misterios. El histórico y controvertido capitán, investigado en su país por presuntos nexos con la mafia rusa, aseguró que sabe "quiénes van a jugar, pero es precipitado decirlo ahora".
A su lado, Nikolay Davyden-ko (sería uno de los singlistas, igual que Igor Andreev) no fue el huraño de costumbre y hasta ironizó sus ataques de ira en el US Open: "No voy a romper más raquetas. No me quedan muchas...", aseguró. Ya por la tarde, se guardaron las bromas y pidieron practicar sin un alma en el estadio. Pedido que cumplieron a rajatabla los más de 50 efectivos de seguridad que custodiaron el bullicioso Parque Roca.
La hora de la verdad se acerca, hoy a las 11 será el sorteo. Eso se nota. Ya se lo comentó a este cronista Fernando Marín, el ex gerenciador de Racing, y ¿dueño? de los derechos de la Copa Davis en Argentina. "Claro que aparecen los nervios, imagínese que estos muchachos están a un paso de la gloria, de hacer historia en el tenis argentino", comentó. Más allá, Martín Jaite rió con algo de desgano detrás de sus gafas oscuras. Y antes de partir, auguró: "No se hagan problemas, estos pibes no nos van a fallar".
