El presidente Evo Morales y cuatro de los nueve prefectos de Bolivia discuten desde este jueves un acuerdo nacional para pacificar este país, luego de tres semanas de una violenta convulsión que dejó al menos 19 muertos y una sociedad polarizada.
Morales tiene previsto reunirse en Cochabamba, en el corazón de Bolivia, con los prefectos (gobernadores) Rubén Costas (Santa Cruz), Mario Cossío (Tarija), Savina Cuéllar (Chuquisaca) y Ernesto Suárez (Beni) para delinear cómo se construirá un pacto.
"Esperamos madurez de todos los actores para llegar a un acuerdo", dijo el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic, quien participó de las negociaciones en los últimos días con el prefecto Cossío que ofició de delegado de sus otros cinco colegas, incluido el detenido y confinado Leopoldo Fernández de Pando.
El diálogo "agoniza", dijo el martes el gobernador Cossío, desalentado por las marchas y contramarchas de las conversaciones. Pero a las pocas horas él dio un sorpresivo giro de 180 grados, al anunciar que aceptaba el preacuerdo negociado con el gobierno, lo que permitió el renacimiento de la posibilidad de un pacto nacional.
Morales respondió que el diálogo urgía y llamó el miércoles a reunirse con los opositores el mismo día, aunque problemas de transporte y de logística demoraron por varias horas el encuentro, que contará con la presencia de "facilitadores" y "testigos" internacionales.
Yaksic, el viceministro boliviano que ayuda a la organización de la cita, aseguró que "está confirmada la llegada de representantes de Unasur, la Iglesia católica, la Unión Europea y las organizaciones de Estados Americanos y Naciones Unidas", claves para sentar en la misma mesa a los suspicaces oficialistas y opositores.
Los personeros internacionales, encabezados por el ex canciller chileno Juan Gabriel Valdés (designado por la presidenta pro-témpore de la Unión de Naciones Sudamericanas -Unasur-, Michelle Bachelet), se ensamblarán con delegados de la Iglesia católica, cuyo máximo jerarca, el cardenal Julio Terrazas, expresó su "esperanza" de que haya un acuerdo.
El entendimiento que va a discutirse, dijeron las partes, está circunscrito a los principales temas que han polarizado Bolivia y que han sido la causa de un fuerte enfrentamiento político entre el gobierno y la oposición prefectural y cívica.
El pacto base establece la necesidad de conformar tres comisiones para abordar los temas en conflicto. La primera, para buscar un pacto fiscal que solucione el pedido de las regiones en torno al impuesto petrolero que les quitó el gobierno para pagar una renta de vejez, otra para debatir las autonomías regionales, punto crítico de la confrontación, y una tercera para designar cargos acéfalos en el poder judicial.
La cercanía de un acuerdo se produce luego de tres semanas de protestas en cinco de los nueve departamentos, donde hubo cortes de rutas, saqueos, tomas de oficinas públicas y aeropuertos domésticos que dejaron 19 muertos, 16 de ellos en Pando, donde el poder Ejecutivo decretó un estado de sitio para frenar la violencia.
Los incidentes llevaron al gobierno de La Paz a ordenar la detención del prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, y dejarlo detenido en un regimiento policial en La Paz, acusado de desacatar el estado de sitio. En los hechos, la medida lo dejó fuera del diálogo con la oposición.
Fuente: AFP