¿Quién no ha padecido la angustia de tener el buzón de la computadora repleto de e-mails y no poder siquiera llegar con tiempo para abrirlos a todos y, menos aún, responderlos?

La situación, que puede parecer una cuestión de organización o eficiencia personal, ha generado sin embargo una calificación psiquiátrica, ya que hay personas que realmente se sienten estresadas por esa carrera sin éxito contra la enorme cantidad de mensajes electrónicos que suelen aterrizar en buzones o cuentas de correo en internet.

De acuerdo a una nota publicada ayer por el diario español "El País", el e-mail ha pasado de ahorrar tarea a estresar al personal. Ni en vacaciones se descansa. El 83% de los internautas norteamericanos lo chequea diariamente, y también el español va consultando su correo en días de fiesta gracias al portátil o al móvil, con la vana esperanza de adelantar trabajo.

"Es un nuevo hábito que está provocando lo contrario de lo que se pretende", cuenta Luis Gallardo, director mundial de Comunicación de la consultora Deloitte, que emplea a más de 165.000 personas en oficinas de 142 países.

El profesor británico Cary Cooper cree que el e-mail es una de las causas principales del estrés en el trabajo. Cooper, especializado en salud laboral, asegura que por ese motivo los británicos faltan a la oficina 14 millones de días al año.

A causa de las decenas de miles de millones de e-mails que circulan por el mundo (sin contar la basura), el trabajador no da pie con bola. Al menos el británico. Esa fue la conclusión de las investigadoras Karen Renaud, de la Universidad de Glasgow, y la psicóloga Judith Ramsay, de la Universidad de Paisley.

El pasado año se dedicaron a espiar el comportamiento de 200 trabajadores delante del ordenador.

Un tercio chequeó el correo cada 15 minutos y el 64% más de una vez a la hora.

El 33% confesó que se siente estresado por la cantidad de correos y la necesidad de contestarlos.