Miércoles 17 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 28 y 29 > Sociedad
Cuidar las rodillas: la tendinitis rotuliana ¿qué es?
Problema común en deportistas como en personas sedentarias. Las lesiones son por falta de gimnasia o exceso de exigencia.

Nadie está exento de dolores musculares. Las causas son muchas: un esfuerzo, una caída, una torcedura, exceso o falta de gimnasia, sobrepeso, desnutrición, entre otras. Con los años, la humedad se encarga de recordarnos, cada tanto, todos los golpes que nos hemos dado en la vida.

De todas las lesiones musculares, la más común en los deportistas, sobre todo, los corredores de todas las edades, es la tendinitis rotuliana: la inflamación del tendón rotuliano, llamado así porque rodea a la rótula, el hueso de la rodilla. Se presenta de a poco, con dolores esporádicos que varían de acuerdo con la intensidad de las caminatas, saltos o entrenamientos. El frío la hace desaparecer por un tiempo, pero vuelve en momentos de reposo.

Poco a poco, la molestia va cobrando intensidad y su tratamiento cubre una de las áreas más importantes de la medicina deportiva. Y no es para menos: es una articulación muy exigida, de la que depende el desenvolvimiento de muchas actividades.

Está formada por el extremo inferior del fémur, el extremo superior de la tibia, la rótula y los meniscos (dos por rodilla). Su función es otorgar estabilidad y flexibilidad a las piernas. Genera energía para el desplazamiento, transmite fuerzas hacia el pie y absorbe fuerzas de reacción desde el suelo hacia la cadera y el tronco.

¿Por qué se lesiona? En la mayoría de los casos, por una sobrecarga que actúa a través de microtraumatismos, golpes pequeños pero repetidos. También son factores predisponentes los músculos del fémur, cuando están debilitados o faltos de flexibilidad. "Para prevenir la tendinitis rotuliana deben evitarse las denominadas tecnopatías: suelos de mala calidad, errores en los entrenamientos, ejercicios con pesos excesivos, y sobre todo, ejercicios con saltos reiterados", afirma el doctor Víctor Verna, presidente de la Asociación Argentina de Traumatología del Deporte. A su entender, la elongación previa y posterior a la actividad deportiva debe ser la norma. "Nunca debe ser inferior de 15 a 20 minutos en cada etapa", acota.

Asimismo, el entrevistado recuerda que "otro factor determinante es el sobrepeso del paciente o deportista, que aumenta la exigencia a nivel de todos los tendones, sobre todo el rotuliano".

 

Dolor, el gran síntoma

 

Para calmar el dolor se utilizan antiinflamatorios no esteroides y analgésicos. Aunque Verna reconoce que los analgésicos puros -sin acción antiinflamatoria- son menos agresivos para la mucosa gastrointestinal, "en mayor o menor medida, todos ejercen ese efecto secundario que depende de la susceptibilidad o intolerancia individual a ese tipo de medicación".

Luego de la cirugía, hay que seguir un plan de kinesiología y ejercitación para recuperar la tonicidad muscular. "Siempre la actividad física controlada y los ejercicios de estiramiento y flexibilización del sector muscular afectado presentan una acción terapéutica mayor al trabajo manual sobre el músculo (masoterapia), dado que si bien su acción mecánica es beneficiosa, no modica la longitud del músculo retraído", afirma Verna. Y es categórico cuando afirma: "Entre las dos pautas de tratamiento: ejercitación o masajes, la actividad física y de recuperación muscular supera a la acción manual del masaje.

Respecto de la infiltración, el doctor Verna sostiene que "en los casos de tendinitis, tiene indicaciones muy selectivas.

Si el paciente no responde al tratamiento conservador con antiinflamatarios no esteroides, fisioterapia, rehabilitación y fortalecimiento muscular, puede dar lugar a la necesidad de un tratamiento con infiltraciones para disminuir el proceso irritativo inflamatorio del tendón comprometido.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí