Miércoles 17 de Septiembre de 2008 Edicion impresa pag. 40 > Policiales y Judiciales
Comenzó el juicio por el abuso de una chiquita
La menor quedó embarazada y tuvo un hijo. El ADN confirmó que el padre es el ahora enjuiciado. Según la acusación, el sospechoso tenía amenazada a la niña para que no contara nada.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Primera del Crimen comenzó a juzgar ayer a Gilberto Soto, un hombre de 51 años a quien acusan de amenazar con un arma y violar en forma reiterada a una niña desde que tenía 11 años. La menor quedó embarazada y dio a luz a una criatura producto de esa relación.

El acusado ya fue condenado a un año de prisión en suspenso en 2002 por abusar de un chico de 10 años.

La acusación también contiene una imputación por amenazas de muerte que el acusado habría proferido contra la madre de la niña para evitar que lo denuncie, pero la mujer puso los hechos en conocimiento de la Justicia y el hombre debió aguardar el juicio en la alcaidía local.

Soto, cuya paternidad se acreditó con el análisis de ADN realizado a la criatura, se defendió diciendo que creyó que la chica tenía 15 o 16 años, y que nunca utilizó el arma que tenía en su domicilio para amenazarla.

La causa se inició cuando una agente de Promoción Familiar sospechó del estado de la menor e informó a su madre y a las autoridades.

Los abusos habrían comenzado cerca de la Navidad de 2005 en el domicilio del imputado, según la acusación, cuando apuntó a la niña con un revólver y le dijo que si no se quedaba mataría a su madre y a su hermano. En esa oportunidad la manoseó y dejó que se fuera, y luego comenzó a abusar de la menor en forma casi diaria, apuntándole con su arma y atándola a la cama para forzarla a mantener relaciones sexuales.

La fiscal Mirta Siedlecki reveló que el imputado le efectuaba regalos a la niña, tales como un teléfono celular para poder comunicarse, un par de zapatillas y otros efectos, para lograr el silencio de la chica y prolongar la relación que mantenían. Al mismo tiempo, la amenazaba con frases como "si no llegás a venir hoy voy a cagar a tiros tu casa y la voy a quemar", y "te voy a cortar la lengua si llegás a hablar".

La recriminación de la madre al imputado dio origen a otra causa por amenazas, porque Soto le habría advertido que si "vos llegás a meter a alguien más en esto acordate que queda la cagada; yo tengo quien lo haga. No te olvidés que yo puedo buscar a alguien para que te mate".

El 14 de agosto de 2002, en atención a su edad, la falta de antecedentes, y su escaso nivel de educación, la misma Cámara le impuso a Soto un año de prisión en suspenso por manosear a un menor de 10 años, que concurría a su casa para usar sus juegos electrónicos.

En esa ocasión los jueces consideraron agravante "en especial la actitud engañosa del encartado -tentando al menor con los jueguitos electrónicos para lograr que concurriera a su domicilio- para luego poder satisfacer su desviado deseo sexual con aquellos impúdicos tocamientos", se señaló.

Ese antecedente no puede valorarse como prueba contra el imputado, pero es muy probable que el fiscal lo tome en cuenta como un indicio referido a la personalidad del procesado.

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