Se acercan horas únicas, irrepetibles para el tenis argentino. Por segunda vez en la historia, el equipo criollo de Davis afrontará una final, y otra vez ante Rusia. Para el trascendental compromiso, para la esperada revancha después de la dolorosa derrota de 2006 en Moscú, Alberto Mancini utilizará como singlistas a sus máximos referentes: el experimentado David Nalbandian y el sorprendente Juan Martín del Potro.

No había muchos misterios al respecto y se sabía que, en los manos a manos, el cordobés y el tandilense serían los encargados de salir al court central del Parque Roca para enfrentarse a Nikolay Davydenko e Igor Andreev.

Ahora el único interrogante es el dobles. Las opciones son dos: si el viernes, inicio de la serie, las cosas salen bien, la pareja albiceleste se conformará con Agustín Calleri y Guillermo Cañas, que entrenan hace varios días juntos.

Si se complica, es difícil que Mancini deje afuera del partido del mediodía sabatino a David. La dupla rusa será Dmitry Tursunov e Igor Kunistsyn. Por reglamento, el viernes se enfrentarán el primer singlista de un equipo contra el segundo del otro, Por eso los cruces serán Nalbandian vs. Andreev y Davydenko vs. Del Potro.

Sólo resta saber quién largará la serie, y eso se develará en el sorteo de mañana. "David y Juan Martín serán los singlistas. Y el dobles todavía no lo tenemos definido, no está del todo cerrado, puede cambiar de acuerdo a lo que pase con los dos primeros puntos del viernes", reconoció ayer "Luli".

Muchos equipos de Davis, entre ellos el norteamericano que jugará la otra semi ante España (ver aparte), se quejan por las molestias que les genera el incesante aliento del público argentino. Para Mancini, ésto tiene que ser determinante. "Sabemos que la serie va a ser muy difícil y a nosotros nos motiva mucho jugar de locales. Y saber que habrá 14.000 personas gritando por la Argentina es muy importante para todos y a su vez va a achicar a los rivales", apuntó.

Tanto el equipo argentino como el ruso completaron hoy un nuevo día de entrenamientos en el que reinó el buen ánimo, mientras los jugadores tratan de afinar la puesta a punto. Los muchachos de "Luli" disfrutaron de la práctica y no se quejaron como en días anteriores por las malas condiciones de la cancha. "Está un poco mejor", tiró David con una sonrisa irónica.

Argentina y Rusia ya es un clásico en la Davis. En el 85, los rusos mandaron al descenso a los argentinos; en el 2002, alegría para los europeos en semis; en el 2003 hubo revancha criollo, con un lapidario 5-0 en Buenos Aires; y hace dos años, Safin le ganó a Acasuso, puso el 3-2 en Moscú y la Ensaladera se quedó allí.